El tiempo de uso de aplicaciones de móviles subió un 20 % en el primer trimestre de 2020 en el mundo, según la consultora App Annie. Un empleo superior de la tecnología en los hogares, que empezó a medirse desde el inicio del confinamiento en países como China, donde el crecimiento fue del 30 %, llegando a las cinco horas al día. El estudio también hace referencia a incrementos del 10 % en Alemania, del 15 % en Francia y otro 30 % en Italia. Estas cifras tan abultadas no solo han hecho que el gasto en aplicaciones en este primer trimestre superase los 21.500 millones de euros, sino también que la seguridad de los usuarios esté más expuesta. Toma nota de lo que aconsejan los expertos para protegerte.
Aplicaciones de salud y fitness, educación y negocios son las más descargadas en estos últimos tres meses: solo en Google Play se han llegado a los 22.500 millones de descargas de apps. Para conocer sus potenciales riesgos, el Instituto Nacional de Ciberseguridad (INCIBE) ha lanzado la campaña #CiberCOVID19, con el fin de que los usuarios permanezcan atentos, así como un teléfono gratuito (el 017) para consultar dudas.
Proteger nuestros datos
Hay que cuidar nuestra salud, pero también nuestros datos. Muchas webs y aplicaciones nos demandan completar algunos campos que no son necesarios. «No hay que descargar nada que no sea de los markets oficiales, hay que fijarse bien en las valoraciones de otros usuarios y comprobar si la funcionalidad que tiene nos sirve o no antes de descargar», comenta Ana Santos, responsable de Servicios de Ciberseguridad para Ciudadanos y Menores del INCIBE. También habría que estar atento a la última actualización de la app, pues puede ser que tenga agujeros de seguridad.
Higiene digital en el móvil
Cuando nos descargamos una aplicación nos suelen pedir permisos para su propia funcionalidad: acceso a nuestra cámara, a nuestras fotos, el correo electrónico… Antes de aceptar las condiciones «hay que tener claro si tiene sentido que la app acceda o no a alguno de nuestros datos, pues quizá no sea necesario. Siempre se pueden activar después las que sean realmente útiles», añade Santos. Pero sobre todo, una vez comprobadas si nos sirven o no, hay que hacer una higiene digital del móvil, es decir, eliminar las aplicaciones que ya no utilizamos o están desactualizadas.
Los ‘malware’, el otro virus
Entre los riesgos que podemos tener al descargar apps poco seguras están el acceso a información personal, las capturas de vídeos o fotografías, los fraudes bancarios, la venta irregular de publicidad y la suplantación de identidad… Son los llamados malware (programa malicioso), «que pueden acceder a mucha información que no debemos compartir, pero que se pueden evitar si descargamos de los markets oficiales, pues controlan mucho a este tipo de programas», asegura la experta. Existen, además, aplicaciones que nos permiten controlar nuestras contraseñas o que son antivirus y nos dan otra capa de seguridad a veces necesaria.
Ahora que pasamos más tiempo en casa, los niños y adolescentes también han incrementado su uso de Internet y de aplicaciones. Hay webs como IS4K (Internet Segura For Kids) que ofrecen muchos consejos sobre ciberseguridad en nuestros domicilios y que difunden información fiable y útil para que los adultos protejan a sus hijos. Algunos de ellos puedes encontrarlos aquí, en Consumer.
Además, los expertos hablan de aplicar también el sentido común.”Si es mayor de 14 años quizá no haga falta aplicar una herramienta de control parental; a veces hay que hablar con estos adolescentes y asesorarles sobre su identidad digital, ayudarles a configurar el teléfono para su privacidad, controlar sus tiempos… Hay que acompañarles para discernir entre lo que es bueno y malo en Internet”. Para los menores de 13 años las recomendaciones son más esenciales: control parental y medidas más restrictivas de tiempo y uso del teléfono móvil.