La “moda convergente” fue iniciada hace un par de años por parte de Movistar con su campaña Fusión. En ella ofrecía precios mucho más asequibles para todos los servicios de telecomunicaciones que presta la multinacional Telefónica, si se contrataban todos a la misma empresa. Es decir, con el modelo Fusión que incluía Internet por fibra, o ADSL, el teléfono fijo, las llamadas por móvil y la tarifa de datos 3G/4G en un solo contrato, se podían conseguir ahorros de hasta 50 euros al mes. Tras Movistar, tanto Orange como Vodafone lanzaron sus ofertas, que en los próximos meses reforzarán y harán más competitivas después de las compras de los operadores de cable Jazztel y Ono, respectivamente. El siguiente artículo desvela las características, ventajas e incovenientes de las ofertas de telecomunicaciones “todo en uno”.
Freno a la telefonía low cost
El éxito de las ofertas convergentes de telecomunicaciones radica en los precios competitivos que brindan los operadores que las lanzan. Estos importes les sirven para retener clientes que de otro modo se irían a otras más baratas, y siempre de un operador móvil virtual (OMV). La modalidad se ha demostrado muy efectiva para frenar el paso a la telefonía de bajo coste por varios motivos.
El éxito de las ofertas convergentes es que los precios competitivos sirven para retener clientes de móvil
Uno es que provee al usuario de todo tipo de servicios coordinados, al tenerlos en una misma empresa, de modo que la atención al cliente -un tema siempre incómodo y farragoso- puede ser más ágil. También porque hay más interés en que el usuario de la oferta convergente esté contento, ya que si se va, en realidad se pierden clientes en todas las modalidades de servicio.
Otro es que, a cambio de los precios competitivos que obtiene, el cliente debe mostrar fidelidad con un contrato de permanencia. Este contrato no está ligado a la adquisición de un teléfono móvil, sino a mantener los importes competitivos.
Esta condición de accesos más baratos a cambio de fidelidad ha hecho que operadores como Movistar frenen la pérdida de clientes y ha forzado grandes cambios en el ecosistema de telecomunicaciones español, ya que, con la crisis, la caída de usuarios casi obliga a Vodafone y Orange a salir del país. Sin embargo, al final, han optado por consolidar un mercado de empresas más grandes a base de comprar Vodaforne a Ono y, más recientemente, Orange a Jazztel. El primero ofrece Vodafone Integral y el segundo Canguro Ahorro como alternativas a Fusión TV.
Servicios adicionales de televisión
De este modo, Vodafone y Orange integran en su estructura una red de cable –fibra FTTH– que les permite dar acceso de 100 megabits por segundo (mbps), igual que Movistar, a un precio ventajoso, además de ganar millones de clientes.
La fibra les permite también añadir servicios adicionales de televisión por cable similares a los de Netflix
Por otro lado, la fibra les deja también añadir servicios adicionales de televisión por cable similares a los que ya tiene Fusión TV a partir de 60 euros al mes, y hasta 107 euros al mes, por todo el paquete convergente. Este formato, estrenado por Movistar, busca no solo ofrecer emisiones deportivas en cerrado, sobre todo fútbol y carreras de motor, sino también el acceso en streaming, y con posibilidad de grabar, a series televisivas a la carta, al igual que hace en Estados Unidos Netflix. Además, se pueden ver las emisiones en cualquier soporte, ya sea ordenador, tableta o smartphone. En la misma línea, Vodafone ha adquirido de Ono toda su programación y contratos televisivos. Igual ocurre con Orange, que se plantea reforzar la oferta televisiva que ya tenía Jazztel para quitar clientes a sus competidores.
A lo largo del otoño y el invierno, es posible que muchas ofertas pidan que nos alineemos con un solo operador, a cambio de doblar nuestro límite de acceso 4G -el plan Fusión de Movistar ya brinda a sus nuevos clientes dos gigabytes, cuando los primeros tienen solo un gigabyte por el mismo precio-, acceder a televisión por cable, multiplicar nuestros minutos de llamada por móvil o aumentar el ancho de banda del ADSL o acceso de fibra. Y todo ello por costes cada vez más asequibles.
¿Siempre interesa?
Sin embargo, las ofertas convergentes tienen algunas contrapartidas. La primera es el compromiso que se adquiere con la empresa y que no se puede romper. Si alguno de los servicios no satisface al cliente, no se puede sustituir a no ser que anule la oferta y pague una penalización. A partir de entonces, si se quiere mantener el resto de servicios, hay que hacerlo a precios mucho menos ventajosos, incluso inconvenientes. La convergencia se acepta toda o no se acepta.
Todo apunta a que el contrato de permanencia puede extenderse en el tiempo a medida que los operadores lancen ofertas más competitivas
Por otro lado, todo apunta a que la permanencia puede extenderse en el tiempo a medida que los operadores lancen ofertas más competitivas. Es decir, se verán contratos cada vez más baratos, y por tanto tentadores, pero hay que atender a la letra pequeña, porque quizás los operadores pasen de pedir un año de fidelidad a uno y medio e incluso dos. La permanencia ya ha sido un tema polémico en el pasado y podría serlo de nuevo, ya que, aunque la ley ampara la ruptura del contrato, si se ha firmado antes, hay que cumplirlo o pagar la penalización.
Por otro lado, la oferta convergente implica asumir toda una serie de servicios que tal vez no necesite el cliente. Si es una persona que no ve la televisión, o no navega por el móvil o no precisa más de 10 mbps de banda ancha en casa -algo que da una conexión ADSL-, hay que preguntarse si conviene pagar, por ejemplo, 72 euros, cuando por 45 euros en realidad ya cubre sus necesidades.