Telefónica ha anunciado que a partir del próximo 5 de mayo sube en 5 euros el precio de su cuota a los clientes de Movistar Fusión. Lo hace de modo unilateral, sin contar con la opinión del usuario, por lo que, según el artículo 9 del Real Decreto 899/2009, de 22 de mayo, este puede romper el contrato con la operadora para irse a otra sin pagar permanencia alguna. Pero esta es solo una de las razones para abandonar una compañía de telefonía. Puede haber otras, como la mejora de la tarifa o la búsqueda de un móvil subvencionado. En todos los casos hay que tener en cuenta una serie de factores que ayuden a escoger la empresa telefónica más adecuada a las necesidades del cliente. A continuación se resumen seis.
1. Escoger la mejor tarifa
A pesar de la gran competencia que hay entre las compañías, las tarifas de móvil en España han estado durante los últimos años entre las más caras de la Unión Europea, si bien con la crisis y el auge de los operadores móviles virtuales (OMV) los precios se han homogeneizado a la baja entre las principales empresas. En general, hay una franja diferenciada con importes muy competitivos de los OMV y otra algo más elevada de las compañías con infraestructura propia (Movistar, Vodafone, Orange y Yoigo).
Conviene no dejarse deslumbrar por ofertas de móviles a muy buen precio ni servicios adicionales
Conviene no dejarse deslumbrar solo por ofertas de móviles a muy buen precio o servicios adicionales que, de repente, parece que llevamos toda la vida necesitando. Lo primero que hay que hacer es mirar que la tarifa que se nos ofrece, o estudiamos contratar, no tiene rival en el mercado. Como mínimo, hay que asegurarse de que no haya otra algo más baja. Muchas veces nos precipitamos sin ver lo que nos dan otros operadores, algo que puede ahorrarnos unos cientos de euros al año.
Para valorar una tarifa, sin embargo, no se debe tener solo en cuenta el coste monetario que puede aparecer cada final de mes en la factura. También habrá que ponderar otros factores, como el máximo de megabytes de la red de datos que deja descargar cada mes antes de reducirnos la velocidad de acceso -en el caso de smartphones-, o si tiene llamadas ilimitadas gratuitas, si cobra los SMS o si además ofrece acceso a la conectividad 4G, en caso de que nos interese la LTE.
2. Asegurar la máxima cobertura
En grandes ciudades (Barcelona y Madrid) y núcleos urbanos desarrollados (Bilbao, Valencia o Sevilla) este punto puede parecer una entelequia. Pero para el resto de conciudadanos que no habitan en estas zonas el problema de la cobertura puede ser una tortura, sobre todo si además esas regiones presentan una orografía accidentada y montañosa.
El problema de la cobertura puede ser una tortura sobre todo en zonas con una orografía accidentada
La cobertura está en la actualidad muy avanzada en todo el territorio estatal, pero en las áreas rurales y en muchas poblaciones de provincias la misma varía bastante según la operadora que se escoja, debido a que hay una compañía que desarrolla la infraestructura zonal y ofrece el mejor servicio, mientras que por ley debe prestar una mínima cobertura a sus competidores y sus clientes. Si estos no tienen infraestructura en la región, sus clientes se verán desfavorecidos e incluso, en algunos puntos, sin acceso telefónico.
Por lo tanto, es importante asegurarse de que la empresa que elegimos nos dará buena cobertura en nuestra zona. Para ello, se puede acudir a los foros de Internet o comparativas de las distintas revistas digitales. Pocas cosas hay más desagradables que firmar un contrato de permanencia, pagar la factura cada mes y ser consciente de que no se recibe un buen servicio.
3. Los contratos de permanencia
Si bien la subvención de móviles es una práctica en retroceso, y por lo tanto se hacen menos contratos de permanencia por este motivo, las operadoras tratan por todos los medos de fijar a sus clientes y evitar que se vayan a la competencia. Para ello ofrecen a veces tarifas y servicios muy ventajosos, a cambio de que el usuario se comprometa durante un año o más a seguir con la empresa.
El problema se da cuando el cliente quiere dejar el servicio antes de que expire la permanencia: le pueden exigir pagar la diferencia entre el contrato normal y el que tenía durante los meses que ha disfrutado de la tarifa exclusiva. Estos detalles suelen encontrarse en la letra pequeña de los contratos, por lo que conviene leerlos de arriba abajo. También es importante cerciorarse de que las ventajas que nos brindan no tienen fecha de expiración, y que de un mes para el otro, cuando termine el plan, nos podamos encontrar con una tarifa más alta que la contratada, como pasará en mayo con Movistar Fusión.
4. La oferta de un nuevo móvil
Los móviles subvencionados son ya una leyenda, o casi, pero las operadoras siguen tentándonos con promesas de facilitarnos el acceso a un nuevo terminal si nos pasamos a sus contratos. La mayor parte de las veces son teléfonos financiados por una entidad crediticia que tiene acuerdos con la compañía.
Las compañías ofrecen tarifas ventajosas a cambio de que nos comprometamos durante un año o más seguir con ellas
Con independencia de que la financiación no nos liga al operador y podemos liberar el móvil y cambiar de empresa cuando queramos, hay que valorar este tipo de ofertas. Pueden darnos acceso a teléfonos mejores que los que tenemos, pero quizás la tarifa ofertada no sea tan ventajosa como la que tendríamos si la contratáramos con un móvil libre. Lo mejor es sumar el precio del smartphone financiado -una vez pagados los plazos- al coste total de la tarifa durante el periodo de financiación, y compararlo con el valor del movil comprado en una tienda más la suma de un año de la tarifa más ventajosa de la operadora.
5. Los servicios multiSIM
Los principales operadores con infraestructura propia ofrecen un juego de duplicados de la tarjeta para los diferentes soportes
Hasta ahora la constatación de que teníamos un contrato con una compañía telefónica era la tarjeta SIM que nos daba y que iba introducida en el teléfono. Sin embargo, hoy en día, desde tabletas hasta lectores de libros electrónicos pueden albergar una tarjeta SIM que les dé conectividad 3G o 4G, por lo que no parece lógico tener que sacar la del móvil e introducirla en la tableta o el e-reader cada vez que queremos acceso multisoporte a la red de datos.
Por eso, los principales operadores con infraestructura propia ofrecen ya un servicio que han bautizado como «multiSIM», consistente en proporcionar un juego de duplicados de la tarjeta para los diferentes soportes que emplee el usuario, de modo que un mismo contrato le sirva para utilizar diferentes aparatos.
6. Las ofertas convergentes
Se conocen como ofertas convergentes aquellas que incluyen en un mismo contrato la telefonía móvil, la red de datos, el acceso a Internet fijo y, últimamente, la televisión por fibra o cable, que es lo mismo a efectos prácticos.
Es posible que un operador nos tiente con una oferta de este tipo, que suele ser compleja por los cambios que implica. En el caso de que nos interese, por ejemplo porque deseemos tener televisión vía Internet, no está de más estudiar primero si es posible instalar fibra en nuestra casa o edificio y también si nuestra compañía actual tiene ofertas similares y cuáles son sus precios. Tal vez no haga falta cambiar para obtener lo que deseamos.