Hay miles de ordenadores conectados que cumplen la función DNS (‘Domain Name Server’, servidor de nombres del dominio). Para conectarse a Internet y navegar por la web es necesario utilizar uno de ellos. Lo más normal es que el proveedor de acceso asigne automáticamente uno de sus servidores, y que el usuario no se tenga que preocupar.
Para comunicarse entre sí, los ordenadores conectados a Internet, que no entienden de nombres, necesitan una especie de matrícula que es única para cada máquina
Los ordenadores conectados a Internet no entienden de nombres. Para comunicarse entre sí necesitan la dirección IP, una especie de matrícula que es única para cada máquina. El servidor DNS es la guía telefónica de Internet. Cuando un internauta escribe ‘www.consumer.es‘, una máquina traduce este nombre de página a la dirección numérica que le corresponde, que es 217.116.2.18.
Sin embargo, los servidores DNS también son una fuente de problemas. Si no están bien dimensionados, pueden llegar a saturarse con la afluencia de tráfico, haciendo la navegación más lenta.
Algunos servidores están cerrados, es decir, que solo aceptan conexiones de usuarios que pertenecen a ese proveedor de acceso. Si se cambia de conexión (por ejemplo, usando la red wifi de un hotel) y el servidor DNS está configurado con el proveedor de casa, puede que resulte imposible navegar.
La solución para los usuarios itinerantes es configurar un servidor DNS abierto, que pueda utilizarse desde cualquier conexión. También habrá otros que busquen simplemente un servicio más rápido.
Uno de los más usados es OpenDNS. Se trata de un servicio abierto, que además ofrece algunas mejoras en la navegación. Si se abre una cuenta de usuario, se pueden crear atajos para determinadas páginas. Así, para acceder a una cuenta de correo de Google, se podría escribir ‘correo’ en la barra de direcciones, y OpenDNS enviaría al usuario al servicio de correo web Gmail.
Si se cambia de conexión, por ejemplo, usando la red wifi de un hotel, y el servidor DNS está configurado con el proveedor de casa, puede que resulte imposible navegar.
OpenDNS también tiene otras ventajas, como la mayor rapidez, la protección contra el ‘phising’ (sitios web que roban datos personales), y la corrección automática de errores, por ejemplo, si se escribe ‘cmo’ en lugar de ‘com’.
Otras alternativas incluyen los servidores abiertos que mantienen sin ánimo de lucro entidades como OpenNICo Open Root Server Network, y que están disponibles para todos los usuarios.
Se ha desatado una agria polémica por el secuestro del servicio de DNS por parte de algunos proveedores de acceso. Concretamente en España, Ya.com. Lo normal es que si se introduce en el programa de navegación una dirección de un dominio que no existe, como ‘www.pepsicoca.co‘, un servidor DNS devuelva un código de error.
Sin embargo, los usuarios de Ya.com, utilizando su DNS, en lugar de ver el error son redirigidos a una página de la empresa, donde se introduce publicidad, se sugieren sitios patrocinados y, si no se toca nada, se dirige automáticamente a uno de ellos.
De este modo el proveedor aumenta el número de visitas y sus ingresos por publicidad cada vez que uno de sus usuarios se equivoca al escribir una dirección. Además, se oculta el código de error, que es la única indicación de qué ha podido ir mal.
Pero al parecer esta práctica no es exclusiva de nuestro país: OpenDNS ha denunciado a Google y al fabricante de ordenadores Dell por preconfigurar los ordenadores para que al escribir una dirección equivocada, en lugar de la página de error aparezca la de inicio de Google, con sus enlaces patrocinados.