El cambio social experimentado, donde predomina la sobreexposición y la fácil accesibilidad a las tecnologías para captar una imagen, ha favorecido que muchos padres dejen atrás la vieja costumbre de mostrar álbumes de fotos de sus hijos en papel, para pasar a hacerlo de manera digital y en tiempo real a través de Internet. ¿Somos conscientes de que este cambio conlleva exhibir la intimidad de nuestros hijos a desconocidos y puede generarles riesgos? En este artículo abordamos el sharenting.
¿Qué es el sharenting?
El sharenting es un anglicismo que proviene de share (compartir) y parenting (paternidad) y consiste en publicar fotos, vídeos o cualquier otro tipo de información sobre nuestros hijos en Internet, sobre todo en redes sociales. Desde las primeras ecografías, hasta sus primeros pasos, fiestas de cumpleaños, vacaciones, caída de los primeros dientes, festivales escolares, etc. Cualquier acontecimiento o dato importante en la vida de un niño es susceptible de ser compartido en Internet por algunos progenitores. En EE.UU. el 92 % de los menores de dos años ya tienen una huella digital, tal y como explica Nancy Jo Sales en el libro ‘American Girls: Social Media and the Secret Lives of Teenagers‘, y un tercio de las madres de menos de 34 años tienen cuentas en Facebook a nombre de sus hijos antes de su primer cumpleaños, según datos recogidos por la cadena de televisión NBC.
Son numerosos los perfiles y canales de diferentes temáticas en los que se comparte el día a día de los menores, en ocasiones viralizados de manera inesperada, como fue el caso del vídeo «Charlie bit my finger», y en otras, con detalles cuidados o contenido de valor para conseguir destacar sobre el resto. También, en ocasiones se han llegado a extremos con el fin de conseguir seguidores y visitas, como el caso del youtuber DaddyOFlve, al que le fue retirada la custodia de sus hijos por ridiculizarles en los vídeos.
Imagen: IS4K
Una huella digital construida sin permiso
Desde la Línea de Ayuda de Ciberseguridad de INCIBE (a través de Internet Segura for Kids, su canal para menores) se observa, por parte de los padres, preocupación por la escasa importancia de la privacidad que muestran sus hijos. Pero, ¿qué dice la ley cuando son los progenitores los que crean o incentivan esa situación?
Se debe tener en cuenta que la imagen de cualquier persona, sea adulto o menor, se considera un dato de carácter personal, puesto que permite identificarle. Aunque la actual legislación ampara a los menores protegiendo sus datos, corresponde a los padres o tutores legales el derecho a velar por el honor, la intimidad personal y familiar y la propia imagen de su hijo. Además, cuando los progenitores están separados, debe existir consentimiento entre ambos para poder subir a la Red información del hijo en común. A partir de los 14 años, él mismo puede decidir sobre su privacidad en Internet (aun así los padres/tutores podrían revocar ese consentimiento a través de su patria potestad, con la intención de velar por el interés superior del hijo). No obstante, la publicación de fotografías de menores de manera ajena no está permitida y es susceptible de ser denunciada por él mismo una vez cumpla los 14 años.
Muchas de estas imágenes y vídeos que se comparten resultan graciosas para los padres. El problema está en que una vez que el niño crece puede cambiar la visión de ese contenido. En países vecinos se han dado casos en los que los hijos han llegado incluso a denunciar a sus padres por considerar que la información y fotos publicadas durante su infancia han arruinado su vida y reputación. Además, no podemos olvidarnos de que existe un peligro mucho más evidente: al subir estas instantáneas en Internet, se distribuye gran cantidad de información personal de nuestros hijos que es rastreable y puede caer en manos malintencionadas.
Imagen: Freepik
Posibles riesgos del sharenting, ¿qué debemos hacer?
Debemos recapacitar acerca de que aquello que para nosotros es inocente puede no serlo para otros, sobre todo si tenemos en cuenta que el 50 % de las imágenes de las webs pedófilas han sido obtenidas de las redes sociales, como destaca un estudio del pediatra Bahareh Keith publicado en la revista Journal of American Medical Association.
Aunque los riesgos no tienen por qué producirse, es importante saber que pueden llegar a sufrir situaciones de ciberacoso, grooming, suplantación de identidad, robo de datos u otros delitos relacionados con Internet. Lo idóneo es evitar compartir este tipo de contenidos en la Red, hasta que sea el propio menor el que pueda decidir por sí mismo.
Si, a pesar de ello, como progenitores decidimos hacerlo, es importante recordar:
- Revisar la privacidad de nuestras publicaciones en redes sociales, si hemos compartido fotografías o información de nuestros hijos. También es adecuado asegurarse de que nuestros perfiles sean privados para evitar que pueda acceder al contenido cualquier persona. Además, debemos ser conscientes que en algunas redes sociales la imagen de portada y de perfil son públicas y, por el mismo motivo, no se debe descuidar la fotografía que seleccionemos en los servicios de mensajería instantánea.
- Si la publicación del contenido se realizara a través de mensajería instantánea, es importante asegurarse de que las personas a las que enviamos el contenido son de plena confianza y no lo distribuirán a su vez, sin nuestro permiso, a otras personas o lo publicarán en Internet sin previo consentimiento.
- Compartir la información de manera anónima y no mostrar los rostros de los menores, optando por difuminar o pixelar. Tampoco compartir fotografías en las que el menor aparezca desnudo, ni siquiera de recién nacido o bebé. Del mismo modo, evitar compartir su nombre, localización, colegio donde estudia, ni ningún otro dato personal para evitar en la medida de lo posible cualquier acción de ingeniería social.
- Pensar en el efecto que puede tener la publicación compartida y cómo puede afectar a la autoestima de nuestros hijos, así como respetar la opinión y decisión de los niños, si nos piden que no publiquemos nada acerca de sus vidas en redes sociales.
Sea cual sea la motivación que nos lleve a publicar una foto o vídeo de nuestros hijos en Internet, reflexionemos antes de hacerlo pensando por encima de todo, en ellos, su seguridad y privacidad.
Y tú, ¿publicas fotos de tu hijo en la Red? Si tienes dudas o necesitas ayuda en relación a este tema u otros en relación al uso seguro y responsable de Internet por parte de los menores, puedes plantearnos tu consulta a través del teléfono gratuito y confidencial de la Línea de Ayuda de Ciberseguridad de INCIBE: 900 116 117.