El hecho de ser una referencia cuando se trata de encontrar información en la Red ha provocado que muchos sitios web intenten averiguar la forma de pervertir el algoritmo con que funciona Google, el PageRank, de manera que puedan posicionarse en los primeros puestos de los resultados de búsqueda sin merecerlo. Por esta razón, el buscador ha creado un formulario de denuncia mediante el cual los ‘webmaster’ y dueños de sitios web pueden denunciar los diversos intentos de engaño a Google que detecten. Pero entre estos intentos de engaño, Google podría incluir a las páginas que albergan publicidad de comercios online en forma de enlaces de texto, algo que de una manera más organizada ya hace Google con sus anuncios ‘AdWords’. Hay quien ve en esto un intento por parte del buscador de eliminar un tipo de publicidad que le hace la competencia y de la que no obtiene beneficio.
Existen personas y empresas que intentan engañar a los algoritmos de los buscadores, para colocar sus páginas en los lugares más destacados
Los buscadores constituyen la puerta de entrada en Internet de una gran parte de los usuarios, que confían en su diligencia para que aquellos sitios web que les pueden resultar de mayor utilidad aparezcan en las primeras posiciones. Sin embargo, existen personas y empresas que intentan engañar a los algoritmos de los buscadores, para colocar sus páginas en los lugares más destacados. Esta actitud favorece a las empresas que contratan o llevan a cabo estas prácticas, pero pueden ser perjudiciales para los usuarios, porque no se les proporciona los resultados más relevantes y útiles.
Precisamente, la clave del éxito de los buscadores se encuentra en el grado de precisión con que pueden resolver todas las peticiones de sus usuarios. A finales de los años 90, se popularizaron motores de búsqueda como Altavista, que vendían las posiciones más destacadas al mejor postor, es decir, concedían más importancia al negocio que a la información de utilidad para el usuario.
El PageRank es vulnerable a los intentos de manipulación, como se ha visto cuando, con fines sarcásticos o de denuncia, se han realizado los Google Bomb
Pero Google dio la vuelta a esa idea y se dedicó a lograr los resultados más útilesy de más calidad para cada una de las búsquedas que realizarán los usuarios, pilar sobre el que ha crecido hasta ser hoy en día uno de los colosos de la Red. Para proporcionar resultados relevantes, diseñó su famoso PageRank, un algoritmo secreto de su cosecha que, entre otros aspectos, tiene en cuenta cuántos enlaces apuntan hacia un determinado sitio como forma de medir la popularidad de los contenidos.
Sin embargo, el PageRank es vulnerable a los intentos de manipulación, como se ha visto cuando, con fines sarcásticos o de denuncia, se han realizado los Google Bomb. Por ejemplo, si se busca un determinado epíteto peyorativo, aparece una sociedad gestora de derechos como resultado número uno.
El problema para el prestigio de Google consiste en que se extiendan los intentos de engañar al buscador en otros temas y realizados, además, por empresas que quieren lucrarse, merced a su mejor posición en los resultados. Si por culpa de estas prácticas Google dejara de ofrecer buenas respuestas a las peticiones de los usuarios, estos se cambiarían de motor de búsqueda sin dudarlo.
‘Spam Reports’, denuncias de los webmaster
Por esta razón, la empresa estadounidense estudia bien todos los intentos de manipulación y trabaja a diario para mejorar todos sus procesos de búsqueda. Una muestra de este aspecto se encuentra en la colaboración que solicita a través de Google Sitemaps, una herramienta que básicamente permite a los webmaster realizar mapas web con todos los enlaces de su sitio.
Gracias a un formulario conciso, donde se expone la denuncia y cuál es la práctica que determinado sitio sigue, Google dispone de la información necesaria para comenzar a investigar
En este lugar, Google ha preparado un formulario (requiere registro) llamado en inglés ‘Spam Reports’ y traducido al español como ‘Informar sobre actividades fraudulentas’, en el que se puede denunciar a aquellos sitios web que trampean los resultados.
De esta manera, gracias a un formulario conciso, donde se expone la denuncia y cuál es la práctica que determinado sitio sigue (como, por ejemplo: crear granjas de enlaces que apunten a una página en concreto, utilizar texto oculto o páginas de entrada falsas) Google dispone de la información necesaria para comenzar a investigar lo que haya de cierto en la denuncia y para optimizar los resultados de su buscador. Si la denuncia es veraz, Google penaliza a los infractores con una expulsión temporal o permanente de sus páginas.
Sin embargo, parece que Google quiere profundizar en esta estrategia, porque uno de sus trabajadores insignia en el PageRank, Matt Cutts,ha solicitado en su blogque también se denuncie a aquellos que venden enlaces a otras páginas que quieren adquirir mayor notoriedad, mediante el empleo en el formulario de la palabra ‘paidlink’.
Una sanción de Google pesa mucho, sobre todo en países donde el dominio de este buscador es abrumador, como en España
Cutts asegura que lo hace para mejorar la eficacia del buscador y para idear un método que tenga en cuenta que ciertos enlaces no provienen de su calidad o de que a algún blogger le haya gustado el contenido, sino porque se ha pagado por ello.
Pero la contradicción de que Google se dedique también a vender anuncios contextuales con ‘AdWords’(que son también, al fin y al cabo, enlaces pagados que aparecen en los blogs de los usuarios [y en otros medios] en función de determinadas palabras de los textos y por los cuales los anunciantes pagan y los bloggers cobran un dinero), ha provocado que se piense que es un intento de monopolizar este tipo de anunciosen Internet, mediante la penalización de la competencia en el omnipresente buscador. Así lo razona Antonio Ortiz, editor del blog Error 500.
Google podría alegar que, a diferencia de los ‘paidlinks’, la publicidad ‘AdWords’ no altera el resultado de las búsquedas. También, con bastante razón, que un ‘AdWords’ es un anuncio declarado, mientras que un ‘paidlink’ no especifica al lector sus verdaderas intenciones.
Pero no es menos cierto que en los ‘paidlinks’ Google no participa como intermediario, y sí lo hace en ‘AdWords’. Además, una sanción de Google pesa mucho, sobre todo en países donde el dominio de este buscador es abrumador, como en España.