La industria del cine, que escarmienta con todo lo que le sucede a la musical, ya ha abierto la posibilidad de que se vendan y alquilen películas descargadas de Internet. De momento, este servicio se circunscribe casi exclusivamente a los Estados Unidos y las tiendas pertenecen a firmas como Apple, Amazon o AOL, que venden a unos precios muy similares a los del DVD.
El cine gana peso en Internet
Disfrutar de vídeos y películas que se han descargado de Internet es un hecho cada vez más frecuente entre los usuarios que acceden a través de banda ancha. Redes P2P como BitTorrento eMule basan gran parte de su éxito en estos contenidos audiovisuales, porque pueden lograr que una película esté en el ordenador del usuario en 5 o 6 horas, sin que la industria vea un solo euro.
Por otra parte, YouTubeha demostrado que el vídeo como formato tiene tirónentre la audiencia. Con este panorama, la industria del cine ha comprendido que también debe ofrecer a los consumidores la posibilidad de acceder a sus contenidos por la Red, antes de que sea demasiado tarde.
Por el momento, las grandes tiendas que venden descargas de películas sólo operan en Estados Unidos
Sin embargo, este movimiento de la industria es incipiente, porque los grandes estudios todavía tienen muchos intereses en vender películas en formato DVD. Si potencian demasiado las descargas, irán contra todo el sector de venta y alquiler de películas. Por ejemplo, en Estados Unidos, existen videoclubes, como Netflixy ahora también Blockbuster, que luchan con sus armas para preservar su modelo de negocio: en estos momentos permiten gestionar el alquiler por Internet y después envían por el correo tradicional la película al domicilio del consumidor.
Un beneficio para el consumidor
De todas formas, todas estas acciones benefician al consumidor, que encuentra más alternativas y más comodidad para acceder a sus películas preferidas. En 2006, las grandes tiendas que venden descargas de películas prácticamente sólo operan en Estados Unidos, país que servirá de cobaya para que estos servicios se vayan extiendo paulatinamente por el resto del mundo.
Así, existe CinemaNow, la empresa que ha firmado acuerdos con el mayor número de grandes estudios y que ya ha abierto sucursal en Japón; AOL Video; Amazon Unbox, de la popular librería que ya vende todo tipo de artilugios; GUBA o MovieLink, fruto del acuerdo de varias compañías:. Finalmente, también participa en el negocio iTunes, la marca de Apple, líder en el mercado musical (gracias a su conjunción con el iPod) y que ahora busca esa misma posición en el campo del cine
Para salvaguardar sus derechos de autor, la industria cinematográfica ha impuesto a las películas restricciones mediante DRM
Cuando un consumidor quiera comprar una película a través de estas plataformas debe prestar atención a los acuerdos que tengan con los estudios de cine. Por ejemplo, en estos momentos, los filmes de Miramax, Pixar y Touchstone sólo se pueden encontrar en iTunes.
¿Cómo son las tiendas de cine online?
En estos momentos, las tiendas que venden películas no sólo se encuentran circunscritas casi exclusivamente a Estados Unidos, sino que presentan otras limitaciones. Menos iTunes, nacida del fabricante de los ordenadores Macintosh, todas las demás tiendas exigen que se acceda con Windows y que se tenga Windows Media Player e Internet Explorer, mientras ninguna da la posibilidad de acceder a través de sistemas operativos libres, como GNU/Linux.
Alquiler o compra
Si el usuario cumple estos requisitos, se encontrará con dos fórmulas para ver la película que desea: alquilarla o comprarla. Las tiendas todavía no han implantado una tarifa plana que permita ver todos los filmes que se deseen por una cantidad mensual, al estilo de las fórmulas que existen en el negocio de las descargas musicales.
La mayoría cuentan con sistemas de ‘streaming’ que permiten ver la película en un lapso de tiempo que oscila entre los 30 segundos y los 10 minutos
Si opta por descargarla en la modalidad de alquiler (ofrecido por todos los servicios menos iTunes), el consumidor dispondrá de un periodo determinado de tiempo, 30 días es lo habitual, hasta el momento en que decida visionarla. A partir de que el filme comienza a reproducirse, el sistema fija un máximo de 24-48 horas para poder visionarla, transcurrido el cual se borrará automáticamente la película.
En cambio, si opta por la compra, el concepto es similar a la adquisición física del filme, con las particularidades de que se descarga de Internet y de que presenta restricciones DRM para evitar que se comparta a través de las redes P2P. Obviamente, alquilar la película (a partir de un dólar) es más barato que comprarla (a partir de nueve dólares, aunque los estrenos se van a los 14 y 20 dólares).
Métodos de descarga
A partir de aquí comienza la descarga de la película, un trámite cuya duración variará en función de la velocidad de descarga que tenga el consumidor. Estas empresas tratan de optimizar el proceso de envío de la película de diversas formas. Por ejemplo, AOL hace uso de la computación distribuida, es decir, hace participes a sus clientes de la distribución de los contenidos, aunque (a diferencia del P2P donde todos los miembros de la Red pueden enviar y recibir) sólo AOL pone contenidos en la Red.
El sistema presenta características ya vistas en programas P2P, como el envío de datos desde los lugares más cercanos al consumidor
De esta forma, el sistema presenta características ya vistas en programas P2P, como el envío de datos desde los lugares más cercanos al consumidor por parte de varios usuarios simultáneamente, capacidad para reanudar las descargas desde el punto en que se han interrumpido, y que se incremente el ancho de banda aportado cuando el usuario no usa su conexión.
Afortunadamente, no siempre habrá que esperar a que el filme se descargue completamente para poder verlo, porque la mayoría cuentan con sistemas de ‘streaming’ que permiten ver la película en un lapso de tiempo que oscila entre los 30 segundos y los 10 minutos, mientras el archivo continúa descargándose en segundo plano para completar todo el visionado. Con este método, se hace prácticamente realidad el vídeo bajo demanda.
Una vez descargado el archivo de la película (generalmente en formato Windows Media Video, excepto iTunes) estas empresas proporcionan software que permite visualizar el filme, como, por ejemplo, el Movielink Manager o el propio iTunes.
Las principales tiendas de descarga
Estas son las características de las principales tiendas de descarga de películas que existen ahora mismo en Internet. Constituyen la avanzadilla de una forma de distribuir cine distinta a la tradicional y que, conforme vayan firmando las empresas acuerdos en Europa, llegará hasta nuestro país:
Movielink: Es una empresa propiedad de varias compañías cinematográficas y cuenta con el catálogo de películas más extenso (más de 2.000 películas), aunque, de momento, el acceso se encuentra limitado a Estados Unidos. Requiere sistema operativo Windows e Internet Explorer 5 o superior para funcionar, y los precios parten de los 99 centavos de dólar en alquiler, mientras en la modalidad de compra comienzan desde 1,99 dólares, aunque los estrenos son más caros.
De entre los grandes estudios, tiene acuerdos con Fox, Lionsgate, Metro-Goldwyn-Mayer, Paramount, Sony, Touchstone, Universal y Warner Bros. El sistema se maneja a través de un software llamado Movielink Manager, que se consigue después de comprar por primera vez una película.
CinemaNow: Más de 1.500 películas disponibles gracias a sus acuerdos con Disney, Fox, Lionsgate, Metro-Goldwyn-Mayer, Paramount, Sony, Touchstone, Universal y Warner Brothers. Fue el primer servicio que ofreció descargas de películas de los grandes estudios. En estos momentos es el único que permite grabar las películas a discos vírgenes DVD para que se puedan reproducir en cualquier aparato de salón. Su sistema de DRM y de gestión de envío de los contenidos está desarrollado por ellos mismos y requiere de Internet Explorer y Windows Media Player. El precio de las películas en compra oscila entre los 9,95 dólares y los 19,99 dólares, y limita el visionado a 3 dispositivos.
GUBA: Esta tienda destaca por tener los precios más bajos del mercado y por mezclar el concepto de YouTube y la venta de películas, porque permite a los usuarios subir contenidos a la plataforma. Ha firmado contrato con estudios como Metro-Goldwyn-Mayer, Sony y Warner Brothers. Comprar una película nueva cuesta 19,99 dólares, y una de catálogo 9,99 dólares mientras que se pueden alquilar desde 99 centavos de dólar. Otra característica que presenta es la transferencia de vídeos a dispositivos portátiles como el iPod, la PSP o los compatibles con Windows Media.
Amazon Unbox: La famosa librería, que en estos momentos ya vende casi de todo, se ha diversificado también hacia las películas en descarga, y ofrece abundante información relacionada con cada título que vende. Tiene acuerdos con Fox, Lionsgate, Metro-Goldwyn-Mayer, Paramount, Sony, Universal y Warner Brothers. Es necesario instalar el Unbox Media Player para ver las películas.
iTunes: Ha llegado a acuerdos con Disney, Miramax, Pixar y Touchstone, es decir, menos compañías que sus competidores, aunque aprovecha el tirón que tiene en el mercado musical de pago, donde su cuota supera el 70%. Disponer del reproductor audiovisual portátil más extendido, el iPod, le puede ayudar a conseguir también una posición de privilegio en este campo. Es el único que tiene versión para Macintosh.
AOL Vídeo: Limitado también a Estados Unidos, emplea el formato Windows Media Player con DRM. Precios desde los 99 centavos de dólar hasta los 19,99 dólares que cuesta un estreno. Tiene acuerdos con estudios como Fox, Paramount, Sony, Universal y Warner Brothers. Ahora mismo ofrecen más de 300 películas en descarga.