La página de Internet Digg (www.digg.com) publicó hace unos días un «post» con el código para desbloquear los DVD de alta definición HD DVD. Pese a que el artículo fue retirado rápidamente, la noticia corrió como la pólvora y el lunes ya había miles de webs que mostraban la clave secreta.
Se trata de un sencillo número hexadecimal de 32 cifras tras el que se esconde la clave de cifrado de los discos HD DVD, uno de los dos formatos (el otro es el Blu-Ray) que se disputan el mercado de las películas en alta definición. Con esa clave en la mano, los DVD quedan desprotegidos, de forma que es posible copiarlos.
Digg es un conocido sitio en Internet donde más de un millón de personas cuelgan y votan las noticias que consideran más interesantes. Cuando se publicó el «post» con el código de los HD DVD, esa información alcanzó el récord de 15.000 votos en una hora.
Ayer, el efecto multiplicador en la Red había hecho que el código se extendiera. Por la tarde, Google mostraba ya 325.000 resultados de páginas que contenían la codiciada clave.
Revolución digital
Entre otras cosas, con esta secuencia de números sería posible ver discos HD DVD en cualquier ordenador sin necesidad de un reproductor específico para dicho formato. Asimismo, se podrían ripear las películas y colgarlas en Internet. Esto ha encendido la alarma en la poderosa asociación cinematográfica americana, la MPAA, que está luchando por todos los medios para que la citada clave desaparezca de la Red.
Para algunos expertos la publicación del código de los HD DVD supone un triunfo sobre «quienes pretenden empeñarse en dictar lo que un cliente puede hacer o dejar de hacer con un producto que ha adquirido legalmente», escribe en su blog el profesor del Instituto de Empresa, Enrique Dans.
Según Dans, estamos ante «uno de los más claros ejemplos de revuelta digital que demuestra el poder de los consumidores en pleno siglo XXI, y la incapacidad de la industria de contenidos para seguir haciendo negocio mediante el estúpido método de impedir el acceso de otros a los bits».
Desde Microsiervos señalan que «es la última demostración de que los sistemas de protección de derechos de autor DRM no tienen futuro». Precisan en cualquier caso que esas 32 cifras desencriptadas sirven de poco si no se dispone del software adecuado.