Con el objetivo de acercar los videojuegos a los que no juegan sale mañana a la venta en España Wii, la nueva consola de Nintendo. La expectación por la máquina es tan alta que todas las unidades disponibles están agotadas antes de su puesta a la venta.
Su secreto es un mando inalámbrico (Wiimote o Wii Remote) capaz de transmitir los gestos naturales del jugador gracias a sensores de movimiento y aceleración. Ya no es necesario apretar un sinfín de botones para que anden los personajes; el Wiimote se usa como una raqueta, un bate de béisbol o un palo de golf.
Con Wii se abre un nuevo frente en la «guerra» de las consolas, aunque los responsables de la marca aseguran que, por su «diferente concepto del juego», no viene a competir con las otras máquinas de nueva generación: la PS3 de Sony (cuya salida al mercado se espera para marzo de 2007, tras varios retrasos) y la Xbox 360 de Microsoft.
Nintendo ya ha colocado un millón de Wii en EE.UU. en dos semanas y 400.000 en tan sólo cuatro horas en Japón. Las expectativas para Europa (hoy se empieza a comercializar) son inmensas. El miércoles, tres días antes de iniciarse su venta en las tiendas españolas (aplazada por ser hoy festivo), las reservas superaban ya el número de unidades disponibles. De las 600.000 que se repartirán en el continente, 50.000 vendrán a nuestro país. «La demanda es cinco veces mayor que la oferta», dicen en Nintendo España. «Cuando se acaben se irán reponiendo y todo el mundo tendrá la suya».
Más barata y ligera que sus competidoras (cuesta 249 euros, frente a los 299 de la Xbox y los 499 de la PS3), la Wii, a diferencia de las otras, no sirve para ver películas ni ofrece grandes gráficos, pero permite, por ejemplo, convertir el salón de casa en una cancha de tenis y utilizar el Wiimote a modo de raqueta. Y es que Wii promete acabar con el sedentarismo en el mundo de los videojuegos.