La práctica impuesta por la presidenta de Hewlett-Packard, Patricia Dunn, de espiar a sus directivos para averiguar quién filtró determinada información a la prensa fue ayer dada a conocer por la fiscalía de California.
El primero que criticó a la multinacional informática por espiar llamadas de teléfono y correos electrónicos sin permiso fue Thomas Perkins, inversor y ex miembro del Consejo de Dirección de la empresa, que abandonó el puesto en protesta por esa práctica de espionaje.
Por su parte, Hewlett-Packard negó que haya grabado llamadas, aunque sí reconoció que había utilizado un método cuestionable para investigar quién filtró información a la prensa el año pasado, cuando el Consejo de Dirección deliberaba sobre la expulsión de su entonces presidenta, Carly Fiorina.
La firma estadounidense hizo uso del método conocido como «pretexting», que consiste en llamar a una compañía de teléfonos simulando ser su cliente para obtener información sin contar con el permiso del cliente en sí. Nathan Barankin, portavoz de la oficina del fiscal de California, aseguró que se trata de algo que puede constituir una violación de las leyes californianas.