Finalmente la Fuente Europea de Neutrones por Espalación (ESS) no se construirá en Bilbao, sino en la ciudad sueca de Lund, a orillas del Báltico. En la reunión de ministros de Ciencia europeos que decidió su ubicación, la candidatura nórdica obtuvo el apoyo de siete países -Alemania, Dinamarca, Estonia, Francia, Lituania, Noruega y Polonia- y otros dos -Italia y Suiza- se sumaron a esa mayoría. Únicamente Portugal respaldó a España, mientras que Chequia y Reino Unido se abstuvieron.
«Bilbao será un centro de referencia en tecnología de neutrones»Tras conocerse el resultado de las votaciones, España empezó de inmediato a negociar con Suecia su participación en la gran instalación como socio preferente. «Ellos son conscientes de que nuestro capital científico y tecnológico es buenísimo, y nosotros queremos que haya un proyecto único. Vamos a hacer un montón de cosas. Bilbao será un centro de referencia en tecnología de neutrones», señalan desde el Ministerio de Ciencia e Innovación.
Ya existe un principio de acuerdo entre los dos países según el cual la capital vizcaína será subsede, acogerá un centro de diseño para la fabricación de aceleradores, un laboratorio de pruebas y una estación de acceso remoto para que los investigadores supervisen los experimentos desde Vizcaya.
En marcha en 2019
Las obras de construcción está previsto que comiencen en 2012
El que será el más avanzado laboratorio de neutrones del mundo se espera que empiece a funcionar a partir del año 2019. Pero para ello se necesita una importante cantidad de dinero. En principio, Suecia y sus aliados nórdicos y bálticos van a costear el 50% del proyecto, un 35% correrá a cuenta de terceros países y el 15% restante lo abonará el Gobierno de Estocolmo a través de un crédito puente.
Los suecos trabajan con la previsión de que el marco de financiación y participación se cierre en unos meses y las obras de construcción comiencen en 2012. La fuente empezaría a funcionar entre seis y siete años después. Su coste de funcionamiento ascendería a 100 millones anuales.
El eje central de la ESS será una gran acelerador lineal de partículas que permitirá producir a gran escala neutrones que se utilizarán para estudiar la estructura atómica de todo tipo de materiales. Esta tecnología tiene numerosas aplicaciones que abarcan múltiples campos, desde las telecomunicaciones a la biotecnología y la arqueología, pasando por el desarrollo de nuevos materiales y la ingeniería avanzada.
Una fuente de espalación está formada, además de por el citado acelerador, por el “target” u objetivo y los instrumentos de medición. Una fuente produce iones -átomos cargados eléctricamente- de hidrógeno que son lanzados a través de un acelerador lineal hasta el “target”, que suele ser un blanco de átomos pesados, generalmente mercurio.
El resultado del choque entre los iones y el objetivo es la espalación: pulsos de neutrones que se dirigen a través de “guías de neutrones” hasta que penetran en los materiales que se pretende estudiar. Este proceso no genera ningún tipo de contaminación radiactiva y ofrece la posibilidad de radiografiar a nivel atómico cualquier material.