La ‘farmacia’ de internet está abierta 24 horas al día 365 días al año para quien quiera comprar los medicamentos más peligrosos o ilegales en España. Como el Bio-Bac -el milagro ‘curatodo’ que distribuía la red descubierta, otros muchos productos están a disposición de cualquiera en decenas de supuestas ‘boticas on line’. Así lo denuncia la Organización de consumidores y Usuarios , que en un reciente informe describe cómo desde Tailandia o Nueva Zelanda o las Islas Fidji se puede adquirir desde viagra hasta andrógenos, anabolizantes o antihistamínicos sin el menor control médico.
Basta un nombre, un número de teléfono y una tarjeta de crédito para salvar todo control legal y médico en la compra de medicamentos. Como explica José María Múgica, presidente de la OCU, «en España no se pueden comprar medicamentos que no sean dispensados en una farmacia y bajo el estricto control del farmacéutico; sin embargo, en internet es otra cosa». Una reciente investigación de la organización destapó la realidad del asunto y la puso en conocimiento del Ministerio de Sanidad. Decenas de pseudofarmacias ofrecen en la red todo tipo de fármacos cuya toma sin vigilancia médica puede resultar muy peligrosa.
Dea, Meridia, Pregnelolone, Xenical, Andriol, Propecia, Claratyne-Claritin, Deproxim, Melatonina, Aldactone, Zoloft, Tamolan y la estrella de los ciberfármacos clandestinos, el Viagra, circulan sin control. Sin ninguna dificultad y en relativo poco tiempo nueve medicamentos llegaron a España desde los más recónditos lugares del planeta. Las web que los ofrecían -entre las que destacan www.healthcarepharma.com, www.pillen2000.com, www.thepillbox.com o www.pharmacygeoff.com- eran en algunos casos aparentes páginas médicas, aunque en otros no pasaban de ser un cajón de sastre repleto de medicinas.
Algunos de los productos que llegaron a manos de la OCU, como el Andriol, la Melatonina, el Aldactone, el DEA, la Meridia o el Pregnelone, no se venden en España y todos presentan alguna característica que hace muy peligroso su consumo sin control médico. Anabolizantes prohibidos en las competiciones deportivas, antihistamínicos, reguladores del peso que pueden provocar auténticos desarreglos funcionales o analgésicos que producen dependencia psicológica o física «no tienen barreras en internet», asegura Múgica.
Junto al peligro de no saber con exactitud qué se consume, la OCU advierte de las pésimas condiciones en las que se recibieron los medicamentos enviados desde lugares como Tailandia, Estados Unidos, las Islas Fidji o Brasil . «Algunos venían envueltos con el papel de un periódico tailandés, otros llegaban abiertos o incompletos, con un número de grageas distinto al normal, con el prospecto pegado con un celo o completamente deteriorados», asegura Múgica.
Incluso, para evitar los controles aduaneros, los aprovechados ‘boticarios’ camuflaban las medicinas bajo la apariencia de juguetes como «piezas de Lego», ratones de ordenador o maquillaje
Como explica el responsable de la OCU, «quien espere ahorrar con este tipo de artimañas está muy equivocado». De entre los medicamentos comprados por internet, aquellos cuya venta era legal en España resultan mucho más baratos en cualquier farmacia. Así, los 20 centilitros del antihipertensivo Aldactone se vendían a un precio de 73,45 euros, frente a los 5,7 euros que cuestan en una botica; cuatro pastillas de Viagra, que en España y por los cauces normales cuestan 35,56 euros, en internet cuestan 82,36 euros.
Las diferencias son también muy grandes entre las distintas web: el Propecia que llega de Nueva Zelanda cuesta 125,89 euros, mientras que el proveniente de las Islas Fidji tan sólo 56,38 euros.
Este fenómeno no es nuevo para los responsables de la sanidad española. Como explica José María Múgica, el caso del Bio-Bac y su venta por internet ya fue denunciado hace dos años por otra organización de consumidores -la CECU-, aunque ha hecho falta todo este tiempo para que la Administración y las autoridades competentes reaccionaran.
«Yo entiendo que es muy difícil actuar en este sentido y que los mecanismos para burlar la ley son muy ingeniosos, pero creo que hay que dar un tirón de orejas a la Administración, no se puede dejar a estos sinvergüenzas que se aprovechen así de la gente», asegura.
El Colegio de Farmacéuticos de Córdoba alertó en la pasada primavera al Ministerio de Sanidad sobre la venta a través de internet de los fármacos Bio-Bac e Inmunobiol. Como explicó este martes su presidente, Fernando Grande, en la web en la que se vendían estos productos «decía que valen para todo, y no sirven para nada». «Hay muchos medicamentos que requieren prescripción médica, receta, y que se pueden comprar en internet, es imprescindible que se promulgue una ley que prohíba esta posibilidad», añadió.
Tanto desde la Asociación Española Contra el Cáncer (AECC), enfermedad para la que los promotores de Bio-Bac aconsejaban su ‘pocima mágica’, como desde la OCU, sus responsables insisten en la necesidad de concienciar a la población de la importancia de estos hechos.
«Nunca hay que comprar este tipo de medicamentos para enfermedades tan graves como el cáncer o el sida, ni siquiera complejos supuestamente para la obesidad, en otro lugar que no sea nuestra farmacia», advierte Graciela García, oncóloga de la AECC.
Para esta experta, es necesario que la gente sepa que estos fármacos «nunca se pueden publicitar al público en general y sólo pueden llegar al enfermo a través de los cauces normales, su oncólogo o el hospital que le trate», añade. García anima a quienes quieran seguir terapias alternativas que no abandonen sus tratamientos médicos controlados y que «denuncien a las autoridades sanitarias todas las conductas sospechosas o las ‘fórmulas mágicas’ que estos desalmados pretenden vender a los pacientes».
La AECC tiene a disposición de quien esté interesado el número de teléfono gratuito 900 100 036, donde resolver todas las dudas sobre el cáncer.Múgica insiste en ello. «No basta con perseguir el delito o el fraude, hay que denunciar a los culpables y evitar comprar una cosa tan importante como un medicamento por internet, hay que pedir a las autoridades que controlen este tema y fomenten las campañas de información, y los ciudadanos debemos aprender y ser responsables, no podemos estar en manos de estos sinvergüenzas», concluye