La Unión Europea aprobó ayer el lanzamiento del sistema de localización por satélite Galileo con la liberalización de 450 millones de euros (75.000 millones de pesetas) para financiar el desarrollo de Galileo hasta el 2005, cuando comenzará la fase de despliegue del sistema, que entrará en su fase comercial en el 2008.
La Comisión Europea -cuya vicepresidenta, Loyola de Palacio, ha sido la principal impulsora del proyecto- insiste en que Galileo, a diferencia del sistema estadounidense GPS, tendrá una vocación civil y no militar. Bruselas considera que el sistema Galileo, cuyo grado de precisión en la localización de objetivos en tierra será superior al GPS, reduce la subordinación de la Unión Europea hacia EEUU en diversos ámbitos científicos: desde el aeronáutico y las telecomunicaciones hasta los transportes o la geología.
Loyola de Palacio destacó que el acuerdo facilitará la creación de unos 150.000 empleos de alta cualificación y unos ingresos de en torno a los 10.000 millones de euros anuales en su fase operativa a partir del año 2008.
Con la financiación aprobada ayer se completan los fondos disponibles para Galileo, la UE ya decidió dedicar 100 millones y la Agencia Espacial Europea pondrá otros 550 millones de euros. Los ministros confirmaron que no se pedirá a los Estados miembros financiación pública directa adicional para ese programa, con el que la Unión pretende competir con el hasta ahora hegemónico, el estadounidense GPS.
Medio billón de pesetas
Galileo tiene un coste global de unos 3.300 millones de euros (medio billón de pesetas) hasta que comience su etapa comercial en el 2008 y consta de cuatro fases: definición (1999-2001), desarrollo y validación (2002-2004), despliegue (2005-2007) y operativa, que comenzará en 2008.
La fase de desarrollo de Galileo, que comenzó el año pasado y que continuará hasta finales del 2004, servirá para probar la «arquitectura» del sistema. Seguirá la fase de despliegue, que incluye la construcción y lanzamiento de 30 satélites y la instalación de equipos que permitirán que el sistema esté operativo en 2008.
El último obstáculo para el lanzamiento de Galileo era la participación de empresas privadas en la empresa conjunta de gestión, que tendrá una vida de cuatro años. Los Quince también acordaron ayer que las empresas privadas no podrán participar inicialmente en la empresa conjunta encargada de gestionar Galileo, con el objetivo de evitar un eventual conflicto de intereses.
30 satélites
El sistema Galileo se basará en el despliegue de los 30 satélites (27 operativos y tres de reserva) situados en tres órbitas terrestres medias, circulares y con una inclinación de 56 grados respecto al ecuador. El sistema de localización europeo permitirá a una persona situarse en una ciudad, controlar la gestión de los taxis de una gran urbe, localizar objetos perdidos (por ejemplo, coches robados), controlar los movimientos de personas (incluso se podrá seguir los pasos de los presos bajo el régimen de libertad provisional), facilitar la navegación aérea o hacer más fácil la pesca en alta mar.
Estas son sólo algunas de las aplicaciones que permitirá el sistema de satélites Galileo, que nace con vocación de presentar batalla al sistema GPS estadounidense. Además, el sistema de localización europeo aglutinará los múltiples usos que requerirá la nueva generación de telefonía móvil, el UMTS. Otra de las ventajas de Galileo es que garantizará la señal de forma permanente, al contrario que el sistema GPS, donde pueden cortar el suministro por seguridad. Galileo ofrecerá tres usos diferentes: un servicio gratuito de acceso público, uno de pago con servicios de valor añadido y, finalmente, un servicio de uso exclusivo para las administraciones públicas y que podría incluir usos militares, posibilidad que ayer no descartó el ministro de Fomento Francisco Álvarez Cascos. En lo referente a la supervisión del sistema, Galileo contará con dos centros de control en Europa para seguir el funcionamiento de los satélites y encargarse del sistema de navegación.