El marketing móvil a través de códigos bidimensionales ha llegado a la banca. El BBVA ha enviado a 50.000 clientes de la entidad, junto con el extracto semanal o mensual de su cuenta, un folleto con un código bidimensional impreso. Al capturarlo con la cámara del móvil, los usuarios reciben por SMS información sobre los servicios incluidos en «BBVA Móvil». Unicaja ha hecho algo parecido y ofrece 10 euros gratis a los 10.000 primeros clientes de Movistar que recarguen el móvil en sus cajeros y capturen el código bidimensional impreso en el justificante de dicha recarga.
Este tipo de promociones requiere que el usuario descargue un software en el teléfono móvil (no todos los modelos son compatibles, pero sí los nuevos) que convierte la cámara de fotos del celular en un escáner. De esta forma, cuando el usuario toma una imagen del código bidimensional, que es un símbolo o un icono con información, inmediatamente recibe en su terminal un mensaje SMS, abre una web o establece una llamada con la que se obtiene la información o publicidad.
Estos códigos pueden aparecer tanto en medios impresos (periódicos, tarjetas, vallas publicitarias, etc.) como digitales (pantallas de cualquier dispositivo). Por ejemplo, los clientes del BBVA que no hayan recibido el encarte, pueden acceder a la promoción tomando una foto del código en la web del banco.
La aplicación para leer los códigos bidimensionales es gratuita para los clientes de Movistar (envían un SMS al 404 y la reciben en el terminal). Para los de otras operadoras, se cobra como otra descarga de datos.
La primera experiencia mediante códigos bidimensionales en nuestro país fue en diciembre de 2006. Movistar y La Caixa sustituyeron la entrada de cine de papel por una en el móvil, recibida en un mensaje multimedia y con forma de código bidimensional. Para entrar en la sala, el usuario pasaba el código que aparecía en la pantalla de su móvil por un lector.
El BBVA ya había utilizado este sistema para patrocinar el anuncio sobre el Campus de la Liga Profesional de Fútbol (LPF), que fue publicado en varios medios de comunicación. En esa ocasión, el cliente recibía un vídeo promocional de la LPF, al tiempo que entraba en un sorteo.