Los miniportátiles que la fundación de Nicholas Negroponte quiere llevar a los niños de los países en vía de desarrollo llevan un componente clave diseñado por la empresa Cozybit, fundada por el español Javier Cardona. Este componente permitirá crear la red inalámbrica local entre todos los ordenadores del proyecto.
Lo cierto es que las novedades han sido constantes desde que hace casi dos años el director de la ONG «One laptop per child», Nicholas Negroponte, hiciese público su deseo de fabricar miniportátiles a precios reducidos. En primer lugar fue la manivela que permitía recargar la batería manualmente; después la pantalla, que podía girar y verse a plena luz del día; y, finalmente, un componente nuevo que permitirá a los usuarios de estos ordenadores conectarse entre ellos formando una red inalámbrica local.
«Los ordenadores están configurados para que puedan conectarse entre ellos sin que haga falta ninguna otra infraestructura», señaló el responsable del diseño de este software, Javier Cardona. Así, los portátiles se detectan unos a otros a una distancia de hasta 1,4 kilómetros. Ello hará posible que cualquier persona que tenga acceso a la Red facilite la conexión de sus convecinos.
A pesar de estas novedades, el proyecto humanitario de Negroponte no está exento de críticas. Y es que el reducido precio con el que en un principio saldría al mercado (100 dólares) ha aumentado considerablemente. Hace pocas semanas, la organización anunció una subida que lo dejaba en 150 dólares, aunque fue Negroponte quien señaló que el precio actual serían 175 dólares. Asimismo, Negroponte anunció que las máquinas no sólo incluirían el software libre que en un principio iban a llevar estos miniportátiles, sino que funcionarán además con Windows.
Aunque la fundación planeaba distribuir los pequeños ordenadores exclusivamente entre los niños de países en vías de desarrollo, Negroponte señaló el jueves pasado que «no se puede dejar de lado a Estados Unidos» y que consideraba «seriamente» extenderlo a los niños de este país.