Los invidentes que tengan acceso a un ordenador podrán ahora tener total independencia a la hora de leer gracias a «Tiflolibros», la primera biblioteca virtual para ciegos de habla hispana creada por un grupo de jóvenes argentinos. El proyecto, iniciado hace cuatro años, fue creciendo hasta convertirse en un valioso archivo virtual con unos 7.200 libros digitalizados que consultan unos 900 usuarios de unos 30 países.
«Todo nació en noviembre de 1999, con una lista de correo electrónico para intercambio de libros. Al principio éramos 20 personas de Buenos Aires, pero después, gracias al trabajo conjunto, se llegó a la biblioteca que es hoy», dijo ayer el creador de «Tiflolibros», Pablo Lecuona, un joven ciego estudiante de Comunicación Social.
La biblioteca se alimenta con la aportación de los propios usuarios, de escritores que se solidarizan con el proyecto y de las editoriales, que facilitan copias ya digitalizadas de sus publicaciones.
Entre los sellos editoriales que contribuyen están Planeta, el grupo Alfaguara-Taurus-Aguilar, el Fondo de Cultura Económica y Ediciones Don Bosco y San Pablo.
Los textos originales en papel se digitalizan, se pasan por un lector óptico de caracteres (la imagen se transforma en letras y espacios) y, luego, se somete la información a un programa de lectura de pantalla, mediante el cual una voz electrónica hace audible el texto.
Para acceder a la biblioteca hay que registrarse en el sitio web «www.tiflolibros.com.ar» y acreditar la condición de discapacidad visual.