La Justicia estadounidense asestó ayer un golpe a Napster que puede haberlo herido de muerte. La decisión de una jueza federal de ordenarle que elimine de su portal de Internet todas las canciones con derechos de autor supone, aparentemente, el fin del intercambio musical gratuito que promueve. La decisión judicial llegó a manos de los abogados de las partes el lunes por la noche, pero no se difundió hasta la tarde de ayer. Napster, sus abogados, sus fundadores y sus nuevos propietarios permanecían en un absoluto mutismo que daba pie a las especulaciones.
Sólo la industria celebraba lo que es una victoria rotunda que deja al popular sitio de Internet en sus manos. Según la orden judicial, desde el momento en que las discográficas le entreguen a la empresa la lista de canciones que debe bloquear tendrá apenas 72 horas para hacerla efectiva. «Nos complace que el tribunal haya actuado con tanta rapidez para emitir la orden que obliga a Napster a eliminar de su sistema las piezas musicales que violan las leyes de derechos de autor», declaró Hillary Rosen, presidenta de la Asociación de la Industria de Grabación de América (RIAA). «Tenemos intención de facilitar a Napster de manera expedita la notificación que ha pedido el tribunal, y estoy deseando que ver el final de las violaciones legales que ha cometido».
Las consecuencias de la decisión judicial dependerán de esa lista. Si el número de canciones es tan amplio como para anular completamente el intercambio musical entre los consumidores que visitan el portal, Napster estará acabado. La portavoz de la industria no ha indicado si las discográficas demandantes están en conversaciones con los ejecutivos de Napster para dejar al portal alguna puerta por la que sobrevivir.
Napster quemó su último cartucho el pasado viernes, cuando presentó a la jueza Marilyn Hall Patel un plan para filtrar las canciones que hasta ese momento habían dado pie a la disputa. Originalmente la Justicia había ordenado el cierre absoluto del portal de intercambio musical, pero un recurso lo había mantenido abierto hasta ahora. El Tribunal de Apelaciones devolvió el caso al Tribunal Federal con una ambigua señal: Napster no puede violar la ley de derechos de autor, pero decretar su cierre es demasiado drástico, vino a decir.
Desde entonces Napster lo ha intentado todo, desde pactar con la industria para ofrecerle el pago de los derechos de autor, hasta anunciar la transformación a un portal por suscripción pasando por la autocensura.
El experimento practicado este fin de semana ha dejado claro que os usuarios también agudizarán su imaginación para seguir intercambiando canciones de forma gratuita. Howard King, abogado de Metallica, explicaba ayer que en sólo dos días los fans de la banda habían encontrado la fórmula de seguir copiando la canción «Fade to Black», una de las vetadas. Puesto que el sistema informático filtra sólo las canciones que aparecen con todas las letras del título, los seguidores de la banda parecían haber entendido tácitamente que «Fade 2 Black», que cambia «to» por 2, de fonética muy parecida en inglés, era la fórmula para saltarse la censura.