Investigadores de la Universidad de Alcalá y de la Politécnica de Madrid, en colaboración con el Instituto de Ciencias del Hombre, han desarrollado un servicio de telefonía para personas con problemas de audición, colectivo que agrupa en España a alrededor de un millón de ciudadanos.
Para estas personas es más difícil el acceso a la comunicación, situación que se vuelve aún más compleja cuando deben realizar trámites por vía telefónica, como pedir cita con el médico. Con el nuevo sistema, denominado TELESOR, cualquier ciudadano con discapacidad auditiva puede comunicarse en tiempo real, mediante su móvil o PDA, con los servicios de atención telefónica que desee, afirman sus creadores.
«Las personas con deficiencias auditivas pueden teclear su mensaje -usando una PDA, móvil o teléfono de texto- y enviarlo al teléfono de atención al cliente de la institución. El operador recibe el mensaje en su ordenador y envía la respuesta a esa PDA, móvil o al teléfono de texto que haya utilizado la persona con problemas auditivos. Funciona como una especie de chat», explica José Luis Martín Sánchez, investigador de la Universidad de Alcalá y encargado del proyecto, junto con Santiago Aguilera Navarro, de la Universidad Politécnica de Madrid.
«Una de las principales ventajas de TELESOR es que las personas con pérdidas auditivas ya no necesitan un centro de intermediación para realizar sus gestiones telefónicas, como ocurría hasta ahora. También es importante destacar los beneficios de este sistema cuando un sordomudo debe llamar al servicio de emergencias 112. Todo los procesos se simplifican y se agilizan», añade Martín Sánchez.
Más proyectos
El departamento de Electrónica de la Universidad de Alcalá lleva a cabo otros proyectos que tratan de mejorar la vida de discapacitados de distinta índole. Uno de ellos es un procedimiento de comunicación alternativa y aumentativa, mediante algoritmos que predicen palabras, dirigido a personas con deficiencias motoras que impiden el habla. Otra de las investigaciones es un sistema que permitirá dar más autonomía a las personas que sufren pentaplejia.
«Estamos intentando que lo que una persona piensa se plasme en una orden para un equipo. Por ejemplo, si una persona que está en una silla de ruedas piensa que quiere ir a la cocina, nuestro objetivo es que la silla de ruedas la lleve. Esto será posible gracias a que cada pensamiento estimula unas zonas concretas del cerebro y produce una cadena de impulsos eléctricos, que captamos mediante cuatro electrodos colocados en la cabeza. El problema es que, debido al gran número de neuronas que afortunadamente tenemos, nos encontramos con muchas interferencias y estamos investigando cuál es la forma óptima de captar la información que a nosotros nos interesa», comenta el investigador, quien destaca que la tecnología es clave para mejorar la vida de las personas que tienen alguna discapacidad.