El famoso cubo de Rubik ya se puede resolver en sólo 26 movimientos, en lugar de los 27 que constituían el último récord. Lo han conseguido dos investigadores informáticos de la Universidad de Boston (EE.UU.), Daniel Kunkle y Gene Cooperman, gracias a la inestimable ayuda de un superordenador.
Este cubo «mágico» fue creado en 1974 por el escultor y arquitecto húngaro Erno Rubik. Desde entonces ha acaparado un gran número premios y creado no menos quebraderos de cabeza. Consta de 54 piezas, nueve por cada una de las seis caras del cubo. Una vez se rompe la unidad de color, las configuraciones posibles se elevan a 43 quintillones.
Kunkle y Cooperman decidieron eliminar todas las configuraciones conocidas del cubo que resultaban matemáticamente equivalentes. Por ejemplo, el cubo queda igualmente resuelto si al final la cara de color azul es la dos o la tres. Luego consideraron configuraciones del cubo que se pudieran resolver con 13 o menos medias vueltas.
Tras 63 horas de computación, el superordenador concluyó que con un máximo de 16 movimientos era posible reducir cualquier configuración del cubo a una de las elegidas, las que se resuelven en 13 o menos medias vueltas. Finalmente, se estableció en 26 el número medio de movimientos para resolver el cubo, uno menos que el récord logrado el año pasado por Silviu Radu, del Instituto Tecnológico Lund, en Suecia.
Pero, ¿Cuál es el límite? Algunos expertos dicen que el «número de Dios» -como así se conoce al número mínimo de movimientos necesarios para devolver el cubo a su posición inicial- se sitúa muy poco por encima de los 20 pasos.