Los españoles prefieren las librerías a Internet a la hora de comprar los libros, según se desprende de un estudio elaborado por el Ministerio de Cultura y la Federación de Gremios de Editores de España. En este informe se indica que aunque uno de cada tres lectores utiliza con mucha frecuencia la Red, el porcentaje de personas que usó Internet para comprar libros no llegó al 1%.
La Red no influye a la hora de fomentar la lectura, cuyos índices siguen siendo bajos en España. Pero el ordenador tampoco reduce el nivel lector, ya que sólo un 2% de los que aseguran leer menos que antes afirman que dedican ese tiempo a navegar con el ordenador. Sin embargo, el papel de Internet en el ámbito literario es cada vez más importante, ya que condiciona los hábitos de lectura. Así se pone de manifiesto en otro informe realizado por la empresa Link + Partner en base a 6.000 entrevistas telefónicas.
Según este estudio, de las personas que se conectan a la Red, un 72% lo hace para buscar información, un 48% para comunicarse con otras personas, y un 15% consulta páginas relacionadas con la literatura. Pero el cansancio que produce la lectura en pantalla es el principal inconveniente que presenta el denominado «libro electrónico», por lo que los aficionados siguen prefiriendo el formato tradicional de papel encuadernado. Lo que sí hacen los internautas es documentarse sobre los libros en la Red; incluso consultan el primer capítulo en caso de que esté disponible y, si les atrae, acuden a la librería a comprarlo. Además, según el informe el 33% de los internautas suele imprimir la información de la pantalla.
Venta por Internet
Pero eso no quiere decir que no se vendan también libros a través de Internet, ya que otro estudio presentado por el director general del grupo Mundi-Prensa y vicepresidente de la Cámara del Libro de Madrid, José María Hernández, constata que «el libro es el producto que más se vende en la Red». La penetración de este sistema está siendo lenta, pero va paso a paso, ya que el aficionado sigue prefiriendo la compra directa, por lo que la venta virtual en España es todavía reducida.
El estudio de Hernández pone de manifiesto que el desarrollo de las librerías virtuales «está en relación directa con el desarrollo y expansión de Internet, así como con la progresiva consolidación de un mercado maduro para el uso del comercio electrónico». El comprador todavía no confía en los sistemas de telepago y prefiere ver físicamente lo que va a comprar, a pesar de las ventajas que conllevan las tiendas virtuales: infraestructura técnica mínima, horario de acceso continuado, una conexión telefónica, costes fijos y relativamente bajos, y acceso universal y fácil.
Pero frente a ello, la librería tradicional sigue ofreciendo una oferta expositiva más completa, atención personalizada al cliente y el contacto directo con el producto.
La opinión de los libreros
Los libreros lo tienen claro: la gente sigue prefiriendo la visita a la tienda. Afirman que no han notado cambios importantes en la afluencia de clientes durante los últimos años. «El público de la librería es generalmente maduro, de treinta años en adelante y bastante fiel, y se suele guiar más por el boca a boca y por los medios de comunicación tradicionales que por las recomendaciones en Internet», indican.
Consideran que la página web ayuda al lector a conocer lo que va a comprar, aunque la visita a la tienda sigue siendo fundamental.