Según los detractores del gigante de Redmond, lo peor del reproductor multimedia que hasta ahora se ha venido ofreciendo junto al sistema operativo Windows no es que haya servido a Microsoft para hundir a otras compañías con productos similares, cuando no mejores. Lo peor son sus agujeros de seguridad, su guerra contra los estándars y ciertos elementos ocultos que atentan contra la privacidad del usuario. Afortunadamente, el mercado tiene alternativas de sobra a Windows Media Player.
Windows Media Player (WMP) siempre ha sido problemático. Hace más de dos años, la Unión Europea concluyó que Microsoft había violado la normativa antimonopolio europea, abusando de su posición en el mercado con el fin de eliminar a otros desarrolladores de software para reproducir multimedia. El objetivo de Microsoft era prevenir la competencia de compañías más pequeñas y especializadas.
Finalmente, el creador de la saga Windows tuvo que pagar una multa de casi 500 millones de euros y, de paso, eliminar el reproductor de su sistema operativo. Su última versión (WMP 11) requiere una validación previa de Microsoft Windows original para poder ser instalado.
RealPlayer
La alternativa más directa a WMP es, probablemente, Real Player, de RealNetworks, capaz de reproducir MP3, WAV, MPEG4, QuickTime y otros formatos; así como varias versiones propietarias de RealAudio. Su última versión (10.5) está disponible para Mac OS X, Linux, Unix, Palm OS, Windows Mobile y Symbian OS, y es compatible con los navegadores más populares.
Sin embargo, RealPlayer es un programa de pago que permite sólo un corto periodo de prueba
En su página, los usuarios de Real Player tienen acceso a una radio abierta con miles de canciones disponibles y cortos de la productora iFilm, a la moda de YouTube y Google Video. Descarga automáticamente las portadas y los nombres de las canciones. ¿Los extras de lujo? Su reproductor Rhapsody MP3 Player, su ‘superpase’ para peliculas ‘especiales’ y su versión Premium. Además, permite grabar CD de MP3, pero no DVD.
Sin embargo, RealPlayer es un programa de pago que permite sólo un corto periodo de prueba. Tras el mismo, el precio de la gama RealOne es de 22,99 euros anuales. Si se desea acceder al servicio Premium, la cifra asciende a 49,99 euros. RealPlayer tiene dos competidores ‘libres’: Media Player Classic y Real Alternative.
VLC
VideoLan Client, más conocido como VLC Media Player es la estrella de programas de reproducción de vídeo, ya que es capaz de reproducir prácticamente cualquier cosa. Está, además, disponible para usuarios de Windows, Mac OS X y trece distribuciones de Linux. VLC reproduce MPEG (1, 2 y 4), todos los formatos de audio (DivX, mp3, ogg, …) y todos los protocolos de ‘streamming’ (es decir: es capaz de desencriptarlos para leerlos y volverlos a enciptar para reproducirlos). También se puede utilizar como servidor para lanzar videos a la Red. Es sencillo, poderoso y sobre todo gratuito.
Otras alternativas
Gratuitos y muy bien testados por millones de usuarios, los reproductores bandera del software libre son MPlayer,Xine y Totem, siendo este último el elegido por defecto para los sistemas operativos basados en Gnome, como Ubuntu. Mplayer ofrece una gran flexibilidad tanto para ver películas como para escuchar música, y soporta casi todo tipo de formatos, incluyendo Ogg, RealMedia, VideoCD, SVCD, DVD, 3ivx, DivX 3/4/5 y hasta WMV.
Itunes tiene muy limitada su capacidad de leer formatos
A lo largo de los últimos años ha relevado al que era el reproductor universal, VLC, entre los usuarios de Linux. Se puede usar con interfaz gráfica o directamente sobre línea de comandos, donde su sencillez brilla con luz propia sin escatimar opciones. Por su parte, Xine y Totem resultan especialmente cómodos para usuarios que quieren ver DVD’s sin romperse mucho la cabeza. Los dos tienen un interfaz sencillo, soportan formatos populares como AVI, WMV, MOV y MPEG y permiten ver ‘video-streamming’ disponibles en la Red.
Una alternativa a WMP sigue siendo el programa iTunes de Apple, de la que ya se ha hablado en otros artículos y sobre la cuál se puede decir que, aunque gratuito, no consituye un programa basado en el software libre y tiene muy limitada su capacidad de leer formatos diferentes al MP3 y el MPEG4.