Saber mecanografía ya no es un requisito tan habitual en las demandas de empleo, y sin embargo, en el trabajo diario, puede suponer una importante ventaja. Cuando se escribe sin mirar el teclado se produce más en menos tiempo, se cometen menos errores, y el nivel de estrés es más bajo.
Un mundo plagado de teclados
Un mundo plagado de ordenadores también es un mundo plagado de teclados. Las teclas QWERTY y siguientes se han convertido en la principal herramienta de escritura para muchas personas, que reservan el bolígrafo sólo para firmar y la lista de la compra.
Pero ¿quién tiene tiempo para ir a una de esas academias con filas de máquinas mecánicas Olivetti, si es que todavía existen? Es mucho más sencillo instalarse uno de los muchos programas de mecanografía disponibles en la Red, gratuitos o previo pago, y dedicarle un rato al día. La constancia y la fuerza de voluntad van por cuenta del usuario, pero los resultados merecen la pena.
La mecanografía no sólo es para el secretariado y las oposiciones. Los programadores, diseñadores, ejecutivos, científicos y casi cualquier persona que se siente frente a un ordenador pueden ganar mucho tiempo y tranquilidad si saben teclear como es debido.
¿Por qué aprender mecanografía?
El cerebro es mucho más rápido que los ojos y las manos. El cuello de botella a la hora de trabajar con un ordenador está en las manos que pulsan el teclado y mueven el ratón.
El cerebro es mucho más rápido que los ojos y las manos; el cuello de botella está en las manos que pulsan el teclado
Si se teclea con dos dedos, y mirando al teclado, la velocidad máxima que se puede alcanzar ronda las 50 palabras por minuto. Sólo con aprender el método ‘ciego’ o ‘al tacto’, para usar todos los dedos de la mano sin mirar, se puede aumentar la velocidad a 100 palabras por minuto. Esto quiere decir que el tiempo empleado en escribir se reduce a la mitad.
Incluso en las tareas de diseño, que en principio parecen más dependientes del ratón, la mecanografía puede ayudar. Muchos diseñadores profesionales emplean los atajos de teclado (combinaciones de teclas como ‘Control-S’, por ejemplo) para seleccionar con mucha mayor rapidez los comandos que necesitan.
Manos a la obra
¿Alguna vez se ha fijado en las dos marcas en relieve que hay en las teclas F y J de su teclado? Están ahí por una buena razón. Si se aprende a utilizarlas ya no se necesitará mirar al teclado para escribir.
Mirar al teclado es la aproximación natural, sin embargo no resulta la más efectiva
Mirar al teclado es la aproximación natural, pero no es la más efectiva. La primera vez que una persona se acerca a un teclado, la situación no resulta cómoda ni natural. Para escribir la palabra ‘siesta’, por ejemplo, es posible que levante las manos, mire durante un rato las filas de teclas, y encuentre finalmente la S en el lado de la izquierda y entonces la pulse con el dedo índice de su mano derecha, si es diestro. Aún queda la letra I y sucesivas.
Con el tiempo y el uso, el cerebro se forma un mapa del teclado, y se sabe más o menos la posición de las teclas sin necesidad de mirar demasiado. También se incorporan otros dedos a la tarea. De este modo hay personas que teclean a una velocidad razonable, pero también suelen cometer errores que luego deben corregir, perdiendo mucho tiempo.
La mayoría de los errores de tipografía se deben a que la posición de las manos no es siempre la misma sobre el teclado, y con frecuencia se pulsa la tecla equivocada, o dos teclas a la vez. Esto también obliga a mirar de vez en cuando a las teclas. Aquí es donde entran en juego las marcas de las letras F y J.
El ‘método ciego’
La mayoría de los errores de tipografía se deben a que la posición de las manos no es siempre la misma sobre el teclado
La base del ‘método ciego’ de mecanografía es mantener una posición fija de las manos sobre el teclado, con el dedo índice de la mano izquierda sobre la letra F y el de la mano derecha sobre la letra J. A partir de ahí se asigna cada tecla a un dedo de la mano. Por ejemplo, la letra A se pulsa con el meñique de la mano izquierda, que es el que queda más cerca.
Con un poco de práctica, el cerebro llega a olvidarse del mapa de las teclas, y se concentra en los movimientos de los dedos, como si se tratase de un baile. Para quien sabe mecanografía, basta con pensar en una palabra y tener las manos en la posición correcta. Los dedos se ocupan del resto, y la palabra aparece en pantalla. El cerebro no está utilizando la memoria visual, sino la memoria motora. El proceso es mucho más rápido.
Ya no hace falta mirar el teclado. Cuando los ojos tienen que mirar a la pantalla y al teclado, es necesario cambiar el enfoque. Unas cuantas horas de este ejercicio bastan para cansar la vista más aguda, y en ocasiones levantar un buen dolor de cabeza. Si la mirada está fija en la pantalla, los ojos se cansan menos.
Además, al escribir sin mirar se puede copiar un texto desde un papel con mucha mayor facilidad. También es más rápido descubrir los errores que se han cometido en la pantalla y corregirlos inmediatamente.
Cuando se automatiza el proceso de escribir, resulta tan natural como andar o conducir un coche
Hay aún otra ventaja. Cuando se automatiza el proceso de escribir, resulta tan natural como andar o conducir un coche. Esto quiere decir que ya no es necesario pensar en ello, y la mente está libre para concentrarse en otras cosas.
Programas para aprender
Estos son algunos de los cientos de programas que se pueden encontrar en la Red para aprender mecanografía en español.
Accu-Type:Este es un programa veterano que ya va por su cuarta versión. El método de aprendizaje es tradicional, asignando números a los dedos para hacer más fácil la escritura ‘al tacto’. Según sus creadores se pueden alcanzar con su método las 500 pulsaciones por minuto, con un 2% de errores. El programa es de pago, y dispone de una versión doméstica con cientos de dictados y ejercicios que se puede conseguir por 25 euros. La versión online no necesita instalación, puesto que se ejecuta desde la página web. Cuesta 12 euros y tiene una demostración gratuita.
Mecatextus:Otro conocido programa comercial de mecanografía. Sus creadores garantizan que se pueden alcanzar fácilmente 300 pulsaciones con 1% de errores dedicando media hora al día. Permite archivar los ejercicios realizados y dispone de pruebas para calcular la velocidad y porcentaje de errores. El curso completo tiene 30 niveles, pero la versión gratuita de demostración sólo incluye los dos primeros.
Mecanografía 10: Este programa dispone de una interfaz muy amigable, con un simulador de las pulsaciones del teclado y la posibilidad de cargar textos propios para los ejercicios. El autor garantiza una velocidad de 200 pulsaciones por minuto al terminar los más de 600 ejercicios que incluye el programa. La versión completa de este programa cuesta sólo 10 euros aunque dispone de una versión de prueba que muestra dos de los 36 niveles del curso.
SES Type Freeware 1.20: Un programa muy sencillo, gratuito, sin simulador de teclado pero con más de 1.200 ejercicios disponibles. Puede calcular estadísticas de pulsaciones y errores, aunque no incluye el método para aprender la digitación. Dispone de versiones en inglés y español.
Mecamax:Un programa gratuito con ejercicios de textos que calcula la velocidad y los errores, pero que no dispone de lecciones sobre el ‘método ciego’ de escritura.
Bodies’s Typing: Otro pequeño programa de aprendizaje que no dispone de lecciones de digitación, pero sí presenta una guía de colores en pantalla para situar los dedos en las teclas. De diseño sencillo, cuenta con 40 lecciones, que incluyen acentos, palabras en mayúscula, símbolos y signos alternativos. Es gratuito.