En enero de 2006, la Fundación por el Software Libre (Free Software Foundation) añadió algo llamado ‘Gnash’ a su lista de proyectos prioritarios. Desde entonces, ‘Gnash’ ha despertado un interés creciente en el mercado de los dispositivos electrónicos debido, entre otras cosas, al precio prohibitivo de las licencias de Adobe Flash.
Sin ‘flash’ no se pueden ver la mayoría de las webs dedicadas a la cultura digital ni muchas de las revistas digitales más interesantes del momento
Hoy día, navegar sin tener la última versión de Macromedia Flash Player es perderse la mitad de la fiesta. Sin ‘flash’ no se pueden ver la mayoría de las webs dedicadas a la cultura digital, a las artes visuales, a los museos públicos o muchas de las revistas digitales más interesantes del momento. Tampoco se pueden ver los vídeos de Google o Youtube.
Esto da una idea de la importancia que ha cobrado esta tecnología para la comunicación visual y el diseño en la era de la Web 2.0 y el acceso a generalizado Internet con gran ancho de banda. Pero para las empresas, que pagan a Adobe por utilizar un producto tan imprescindible en sus páginas Web, el uso de ‘flash’ se ha convertido en un problema de números; para la comunidad de software libre, sin embargo, el problema no es financiero, sino de monopolio y de privacidad. Por eso existe ‘Gnash’, el reproductor ‘flash’ GNU, para asegurarse de que todo eso no queda en manos de un sólo jugador.
Buscando alternativas a un éxito incontestable
Aunque parezca que ha existido siempre, Flash llegó a Internet en 1995 bajo el nombre de ‘FutureSlashAnimator’. Futurewave, la empresa que lo lanzó, resulta poco familiar porque en sólo un año fue adquirida por Macromedia, quien convirtió la aplicación estrella en su primera versión de Macromedia Flash Player, en 1997.
En estos diez años, y a pesar de detractores como Jakob Nielsen (famoso por asegurar que el ‘flash’ es en un 99% malo para la accesibilidad a la Red), se ha convertido en el líder del diseño multimedia, colonizando gran parte de Internet e influyendo decisivamente en la estética de la industria del entretenimiento.
Hace dos años, había varias propuestas alternativas al software de creación y animación ‘flash’ de Macromedia; todas a medio cocer, como el Ktoon Animation Toolkit, de Toonka Films (una especie de programa Illustrator de funcionalidad limitada y que sobrevive apenas con dinero de instituciones colombianas) o F4L (‘Flash For Linux’), que empezó con mucha fuerza pero se desinfló a los pocos meses.
En diez años Macromedia Flash Player se ha convertido en el líder del diseño multimedia y ha colonizando gran parte de Internet
‘Gnash’ comenzó por aquella época como GameSWF, uno más de los proyectos desarrollados, donde Rob Savoye trabajaba como programador. Savoye es un histórico de la comunidad de software libre: es parte activa del proyecto GNU, ha trabajado como programador para Debian,Red Hat y otras docenas de proyectos.
Hace un año, su amigo John Gillmore (cabeza de la EFF) le sugirió que escribiera una extensión para el navegador Firefoxy Savoye se embarcó en el proyecto. «Tuve que reescribir la mayor parte del código de GameSWF para añadir nuevas características y mejoras, pero era un código excente para empezar», declaró más tarde. Fue entonces cuando «el flash libre» adoptó su nuevo nombre, ‘Gnash’. Desde entonces, ‘Gnash’ ha recibido dinero para su desarrollo de las compañías más populares de dispositivos móviles.
Cómo funciona ‘Gnash’
El reproductor libre funciona en modo ‘standalone’, lo que significa que aunque trabaje como ‘plugin’ (extensión) para Firefox y Mozilla, puede abrirse como una aplicación independiente del navegador. ‘Gnash’ usa OpenGL para el renderizado gráfico (la traducción en imágenes de las ordenes del procesador), lo que garantiza una calidad de reproducción excelente. Se puede descargar desu página del proyecto GNU o de la página oficial.
Es compatible con todas las variantes de BSD (‘Berkeley Software Distribution‘), la mayor parte de las distribuciones GNU/Linux, y está a punto de ser incluida en los discos de instalación de Fedora y Ubuntu.
«Pronto veremos los primeros dispositivos móviles con ‘Gnash'», asegura John Gillmore, su desarrollador
Savoye no considera que su proyecto esté en competencia con en de Adobe. «‘Gnash’ es un excelente entorno gráfico para desarrollo de interfaces y la comunidad de software libre necesitaba uno», asegura. Además, cada vez que Adobe actualiza su versión de Flash, los usuarios de Linux y Firefox tienen que esperar varios meses hasta que la última versión está disponible.
«Dedicamos mucho tiempo a mejorar ‘Gnash’ para que pueda reproducir cualquiera de las animaciones ‘flash’ que hay por toda la Red», explica Savoye, que espera que, en poco tiempo, su software esté al nivel de Flash 9, que es la versión más reciente de Macromedia Flash Player. De momento están en el 7.
La infusión de recursos de los últimos meses ha permitido a Savoye emplear a cinco programadores a jornada completa y viajar por Europa para fichar a otros miembros del equipo. «Pronto veremos los primeros dispositivos móviles con ‘Gnash'», comentó Gillmore recientemente en Berlín.
Es posible que este año las principales compañías de móviles den el gran paso hacia el software libre: les permite invertir en desarrollo e innovación el dinero que normalmente gastan en licencias, además de aprovechar las aportaciones de la comunidad, que son la verdadera renovación del mercado del software. La mayoría ya han empezado.