El éxito de Firefox ha devuelto la vida al mundo de los navegadores, que languidecía con el apabullante dominio del Internet Explorer. La versión 1.0 de Firefox ha sido descargada más de 50 millones de veces seis meses después de su estreno, y su cuota de mercado ronda el 10%, comiendo poco a poco terreno al navegador de Microsoft. Las virtudes de este navegador de software libre (el código fuente está abierto y se puede modificar) y gratuito se sustentan en dos pilares: seguridad y versatilidad.
Firefox incluye atractivas prestaciones como la navegación mediante pestañas, el buscador integrado, RSS, bloqueo de ventanas emergentes, etc., pero destaca especialmente porque se puede personalizar a través de los temas (para cambiar su apariencia) y las extensiones (para añadir nuevas aplicaciones). Greasmonkey no es más otra de las muchas extensiones de Firefox, pero se trata de un invento revolucionario (cede el poder de los creadores de contenido a los usuarios) que para algunos expertos puede tener serias implicaciones en la evolución de la web.
¿Qué es Greasemonkey?
Greasemonkey es una extensión de Firefox que permite al usuario escribir scripts (instrucciones) que alteran las páginas web que visita para cambiar su apariencia o usabilidad. Álvaro Ibáñez lo califica en Microsiervos de «invento poderoso» y explica que «permite programar y añadir DHTML («scripts de usuario», digamos) a cualquier página web para cambiar su comportamiento».
Se puede emplear para modificar el diseño de una página, añadir alguna función, arreglar fallos del código, eliminar o añadir contenido… «Puedes alterar páginas para que funcionen mejor con tecnologías de ayuda [para discapacitados] que leen el contenido de una página web o la traducen al Braille», pone como ejemplo el autor de Dive Into Greasemonkey, una completa guía en inglés para utilizar Greasemonkey.
«A grandes rasgos –explica Zootropo– el objetivo de esta extensión es posibilitar la ejecución de código Javascript al cargar una página web determinada. Básicamente, sería algo parecido a la opción de Web Developer [otra extensión de Firefox: herramientas para desarrolladores] de aplicar una hoja de estilo a una web cualquiera, pero en este caso no nos limitamos a modificar la apariencia de la web, sino que podemos jugar con ella y ajustarla totalmente a nuestros gustos».
Todo esto que suena muy complicado para en realidad no lo es tanto. El más avezado será capaz de programar los scripts y luego utilizarlos como extensiones y distribuirlas para que las usen los demás. Pero al común de los usuarios le basta con aprovechar el trabajo ajeno que más se adapte a sus necesidades. Ya son cientos los scritpts disponibles para instalar a través de Greasemonkey.
[Se ha descubierto una grave vulnerabilidad en Greasemonkey, según informa Barrapunto en una noticia del 19 de julio, que permitiría que un sitio web accediese a todos los archivos del disco duro con facilidad. Mark Pilgrim, programador que ha contribuido a numerosos proyectos de software libre, entre ellos Dive into Greasemonkey, aconseja desinstalar inmediatamente Greasymonkey o al menos desactivarlo de momento].
¿Cómo se utiliza?
Quien emplea Firefox no tiene más que instalar la extensión Greasemonkey desde http://greasemonkey.mozdev.org. La instalación es automática y comienza a funcionar tras cerrar y volver a abrir el navegador. Por defecto Firefox evita que un sitio web instale programas sin consentimiento del usuario, por lo que habrá que añadir Greasemonkey a la lista de sitios web permitidos (a través de la barra que aparece en la parte superior de la ventana cuando se ha vetado la instalación de software o en las ‘Características web’ dentro de las ‘Preferencias’).
Pero esta extensión por si sola no hará absolutamente nada hasta que no se instalen los scripts de usuario, las instrucciones en Javascript que ordenarán a Greasemonkey cuándo y dónde debe activarse. Cada uno de estos scripts apunta a una página específica, un sitio web o un grupo de ellos. Tras abrir de nuevo Firefox deberán aparecer en el menú ‘Hereamientas’ tres nuevos elementos: Install User Script, Manage User Scripts (el único activo) y User Script Commands. Greasemonkey no añade ninguna prestación al navegador, sólo permite instalar aplicaciones adicionales para personalizar páginas web.
Entonces se trata de buscar scripts, muchos de los cuales se van acumulando en GreaseMonkeyUserScripts, e instalar todos los que se quieran (por supuesto, siempre se pueden desinstalar si sus modificaciones no son lo esperado). El proceso es sencillo (explicado en éste vídeo):
- Visitar la página que ofrezca el script y pinchar sobre el enlace o »download’.
- Aparecerá el script en el propio navegador (no hace falta entender nada de lo que pone).
- En el menú de herramientas se habilitará Install User Script, que habrá que seleccionar.
- La ventana de diálogo Install User Script muestra el nombre del script que se va a instalar con una breve descripción, así como una lista de las páginas web incluidas y excluidas.
- Al dar al botón ‘OK’ y refrescar la página a la que apunta el script se deberán apreciar los cambios.
(este otro vídeo muestra algunos ejemplos)
Dado que Greasemonkey pone en manos del usuario el poder de modificar el trabajo de terceros, algunos autores se pueden sentir ciertamente incómodos con esta herramienta. Que alguien “corrija” su trabajo sin su consentimiento causa malestar entre algunos webmasters o propietarios de sitios web. No en balde, ya hay quien ha creado un código para impedir que Greasemonkey modifique el sitio web.