Científicos canadienses, daneses y estadounidenses han desarrollado un ojo eléctrico, con capacidad visual de 144 pixels, que permite percibir a través de la lengua imágenes nítidas de la letra T en diversas posiciones, lo que, a corto plazo, podría ser el sistema que sustituyera al alfabeto Braille.
El nuevo mecanismo puede activar áreas del cerebro que normalmente se reservan a la información visual y que no se usan en el caso de sufrir ceguera congénita. «La lengua nunca reemplazará al ojo, aunque en personas ciegas de nacimiento, este aparato reactiva la corteza cerebral, donde se localiza la visión», detalla Maurice Pitto, de la Universidad de Montreal y principal creador del ojo eléctrico. Dos factores explicarían las razones por las que Pitto eligió este órgano -la lengua- y no otro para desarrollar sus investigaciones. En primer lugar, la presencia de saliva crea unas «excelentes condiciones» para la transmisión de estímulos eléctricos, circunstancia a la que hay que añadir que procesar la información que llega a la lengua ocupa una gran parte del cerebro.
A juicio del investigador canadiense, «el estudio muestra que, de algún modo, los sentidos son reciclables». Así, si la lengua fuese capaz de «leer» las letras de un alfabeto, sería también posible que leyera textos emitidos por señales eléctricas. Incluso, una cámara instalada en el ojo podría llegar a transmitir imágenes mediante estímulos eléctricos a un dispositivo situado debajo del paladar. Para tener acceso a las imágenes de esta cámara, todo lo que la persona tendría que hacer es «presionar el dispositivo con la lengua», explica Pitto.
Según los datos aportados por este estudio, en un futuro más cercano, lo que sí parece factible es que, una vez perfeccionado el ojo eléctrico, éste pueda mejorar de manera efectiva la vida de las personas ciegas, con un sistema de «manos libres no invasivo».