Un nuevo videojuego de aventuras animará a las personas invidentes a competir casi en igualdad de condiciones con otras sin problemas de visión. La capacidad de ver dentro de este mundo fantástico, lejos de ser un privilegio, se convertirá en una trampa para la resolución del problema.
«Onae, la aventura de Zoe» es un juego de aventura y ha sido desarrollado por la ONCE (Organización Nacional de Ciegos Españoles) en cinco idiomas: castellano, catalán, gallego, vasco e inglés.
En relación con otros videojuegos desarrollados para ciegos, éste es el primero en el que puede competir cualquier persona, vidente o invidente, gracias a la tecnología en tres dimensiones que utiliza.
Aunque hasta entonces hubiera muchos videojuegos para ciegos en 2-D, estos inducían a las personas con discapacidad visual, en la opinión de Paco Vázquez, uno de los creadores, a encerrarse «en sus fantasías».
En «Onae, la aventura de Zoe», una joven estudiante de geología (Zoe) trabaja en una mina recogiendo muestras. En medio de un terremoto, Zoe cae al vacío en un mundo poblado por una civilización desconocida, en el que debe superar múltiples pruebas para poder dejar el lugar. Ahí, ella tiene que moverse prácticamente a oscuras, los sonidos son la pista fundamental.
«Se trata de implantar rutinas de sonido. Los jugadores invidentes oyen un pitidito y por la frecuencia y la velocidad saben dónde está el objeto y la distancia que tienen con las barandillas sonoras por las que se pueden ir agarrando», señala el creador. Muchas veces, según Vázquez, poder ver el escenario «no supone una ventaja para nadie, al contrario, hay situaciones en las que ser un jugador no ciego te complica la vida».
La ONCE ya ha expuesto el juego de forma experimental, y tiene previsto comercializarlo en otoño.