Un seguro de viaje protege al viajero frente a problemas médicos, la pérdida del equipaje, el robo de documentos o incluso ante una cancelación. Pero en realidad estas pólizas no siempre cubren todo y, en otros casos, tener a mano una tarjeta de crédito también da cierta protección frente a las incidencias del viaje. Estos son los seis secretos que esconden los seguros de viaje: límites, condiciones y exclusiones que no siempre se conocen al contratarlos.
Revisar, revisar y revisar las condiciones de un seguro de viajes antes de contratarlo. Es lo que recomiendan los expertos como Ana Franco, propietaria de una agencia de viajes. Y, también, «preguntar todas las dudas y exponer las situaciones particulares para conocer si la póliza se adapta a lo que necesitamos». Así se evitarán problemas, pues los seguros de viaje básicos cubren hasta un límite y tienen prestaciones mínimas. Pero los más caros también pueden esconder detalles que conviene conocer.
1. Si cancela un viaje, hay requisitos para que lo reembolsen
Si hay que anular un viaje por enfermedad, una entrevista de trabajo o cualquier circunstancia importante, aunque se haya pagado un seguro de cancelación, no siempre se recupera lo gastado. ¿Por qué?
A veces, hay plazos concretos para avisar de la incidencia, y pasado ese número de días, aunque se comunique al seguro, no habrá nada que hacer.
En otras ocasiones, como señala la abogada Antonia Cortés, «la aseguradora incluye la preexistencia; es decir, considera que la enfermedad que nos impide viajar, o la situación de un familiar, etc, ya existía y era conocida por el viajero antes de organizar el viaje y contratar la póliza».
2. ¡Cuidado con los gastos hospitalarios!
Si el viajero se enferma durante el periplo, puede haber sorpresas. Y más aún si necesita ser hospitalizado, «incluso cuando en el seguro se indica que cubren la estancia en hospital, pues siempre hay un límite«, como explica la abogada. En ocasiones, solo se cubre la estancia en urgencias, pero no los gastos si se traslada al enfermo a planta. Otras veces se excluyen algunos hospitales, ciertas pruebas médicas o medicamentos.
Además, la preexistencia es también fundamental en este caso, pues muchos seguros no cubren al viajero si tiene enfermedades que ellos consideren preexistentes. Por eso, si se tiene una dolencia, «hay que preguntar y averiguar cómo opera el seguro y detallar cualquier problema de salud», apunta Ana Franco.
3. El robo sí se cubre; el hurto, no siempre
Si hay un robo de documentación, o sustraen el bolso o algún otro objeto, lo más probable es que la aseguradora se haga cargo. Sin embargo, a veces la póliza contratada solo cubre si es robo, pero no hurto. ¿Cuál es la diferencia? Muy sencillo: si la sustracción de un bien ha sido «con violencia, intimidación, etc., es un robo. Si nos han quitado el móvil o el bolso en un descuido, es hurto», indica Cortés.
Para poder reclamar hay que tener una denuncia del robo y, en muchas ocasiones, la aseguradora solicita también demostrar que se es dueño de los objetos robados o perdidos.
4. ¿Por qué asegurar el equipaje no siempre es garantía?
En 2015 más de 24 millones de maletas no llegaron a su destino, según un informe de la multinacional de telecomunicaciones aeronáuticas SITA. ¿Qué ocurre si se pierde el equipaje?
Algunas pólizas no se responsabilizan si está bajo responsabilidad de la compañía aérea. Además, en este caso, tampoco se hará cargo de los gastos que haya que hacer para comprar ropa, etc. mientras llegan las maletas. Hay que revisar muy bien el contrato de seguro, sobre todo los pequeños detalles que marcan la diferencia.
5. El seguro de viajes puede duplicar coberturas
Si se quiere ampliar el seguro básico de viajes, antes se debe estudiar el de hogar, de automóvil o de salud ya contratado. ¿Por qué? Para revisar qué coberturas ofrecen. Hay veces en las que se contrata un seguro de viaje bastante caro para tener cubierta la asistencia sanitaria o un robo, y es innecesario… ¡ya se tiene cobertura en otra póliza!
6. El seguro exige siempre documentación
La casuística de problemas en un viaje es muy amplia: hospitalización, robos, pérdida de equipajes… En todos los casos hay que dar parte al seguro contratado para que los cubra. Eso sí, siempre se debe hacerlo con documentos porque si no, reclamar la prestación será inviable. Según el caso, habrá que presentar informes médicos, denuncias ante una comisaría de Policía, etc.