¡De nada sirve tener organizado al detalle el equipaje y planeado qué hacer durante las vacaciones, si se escoge mal la agencia de viajes! De esta elección dependerá que los días fuera de casa sean todo un éxito o un clamoroso fracaso. Para acertar, se debe acudir a agencias legales, de confianza y prestigio, como se recuerda en una de las siguientes ocho pistas para no equivocarse con la agencia. Además, tienen que informar al detalle de todos sus planes y productos, dar un comprobante de pago de todos los servicios adquiridos y asegurar cobertura en caso de que surja algún problema con el viaje.
Las agencias de viajes, tras años de crisis, ven cómo mejora el sector. De hecho, en 2015, según datos del Instituto Nacional de Estadística (INE), la cifra de negocio de las agencias aumentó el 8,4%, lo que es señal de una clara recuperación. Son muchos los españoles que recurren a ellas, ya sea de manera presencial o por Internet, pero, a veces, desconocen en qué deben fijarse al buscar agencia para que su experiencia sea exitosa. A continuación van algunas pistas.
1. Asegurarse siempre de que la agencia es legal
Las agencias, para poder vender viajes combinados, deben tener una licencia y haber realizado una declaración responsable ante la Dirección General de Turismo de la comunidad autónoma donde radique el domicilio social de la empresa, además de otros trámites. Si surge alguna duda respecto a la agencia, se puede solicitar que se identifique como una agencia legalmente establecida. Además, es conveniente operar con establecimientos que estén adheridos al sistema de arbitraje, para poder acudir a este tipo de justicia en caso de tener problemas.
2. Ir a agencias conocidas y con referencias
Es más difícil equivocarse si se elige una agencia con una marca reconocida, con prestigio, pues no se arriesgará a «manchar su nombre» (con las consecuencias que ello tendría) al planificar mal un viaje o no cumplir lo acordado. Los profesionales del sector aconsejan escoger una agencia cuya marca ya está posicionada en el sector, pues «el prestigio de una empresa aporta una mayor confianza a los clientes», según señalan desde Halcón viajes. También se puede acudir a un establecimiento del que se tengan referencias porque amigos o familiares ya hayan viajado con ellos y la experiencia resultase un éxito.
3. Es fiable si ofrece información detallada
Una agencia es seria si facilita un folleto publicitario en el que figuren de forma precisa y detallada todas las características del viaje. La publicidad tiene carácter vinculante y, por ello, hay que conservar el folleto, pues, en caso de que haya algún problema, se podrá utilizar como prueba al presentar una reclamación.
La agencia, además, tiene que dar información pormenorizada sobre los servicios que presta y cuáles con exactitud se incluyen en el precio final: pasajes, tasas, traslados entre aeropuerto y hotel, excursiones… En los viajes de todo incluido (en resorts, cruceros, etc.), debe señalarse también de manera específica si hay algún servicio que quede fuera del plan.
4. ¿No dan factura? Mejor escoger otra agencia
La agencia tiene la obligación de dar un comprobante, recibo o factura donde se indique el abono por los servicios adquiridos. Y si piden un adelanto para reserva, también deben entregar un documento o recibo en el que se exprese que se ha adelantado una parte del pago, cuánto y el concepto. ¡Nunca se debe creer que se está preguntando o exigiendo demasiado! Es importante tener siempre un comprobante de pago para poder realizar cualquier posible reclamación, como indican desde la Federación Empresarial de Asociaciones Territoriales de Agencias de Viajes Españolas (FETAVE).
5. ¡Cuidado con las agencias demasiado baratas!
Un buen precio siempre es atractivo, pero hay que desconfiar de las agencias que brindan vuelos, hoteles y otros servicios a precios muy por debajo de los habituales, en especial si quien hace la oferta es una agencia desconocida o que lleva poco tiempo en el mercado.
6. Informar de las posibles penalizaciones
Nunca se debe contratar un viaje (ni pagar señal alguna), si desde la agencia no se informa al detalle sobre qué penalización se sufriría en caso de tener que anularlo. Por ley, debe ser el 5% del importe total del viaje, si la cancelación se produce con más de 10 y menos de 15 días de antelación a la fecha del comienzo; el 15%, entre los días tres y 10; y el 25%, dentro de las 48 horas anteriores a la salida. Si la persona no se presenta, deberá abonar el importe total del viaje. Hay, además, otras opciones como contratar un seguro de anulación o pactar condiciones especiales de contratación.
Sea como sea, antes de salir por la puerta de la agencia hay que conocer si se perderá dinero en caso de no poder realizar el viaje y a cuánto ascenderá la posible penalización. Y, por supuesto, se debe pedir que den un documento donde aparezcan por escrito las condiciones que han explicado de manera verbal.
7. Si se quiere contrato, deben dar uno
No siempre se entrega un contrato al reservar o comprar un viaje, pero el consumidor tiene el derecho de exigirlo si lo desea. En él deben figurar el importe y las condiciones en las que se hará el viaje. Además, una vez firmado, el precio no se puede modificar, a no ser que se haya previsto de forma expresa esa posibilidad y haya una cláusula que así lo indique en el contrato.
8. La agencia debe asegurar cobertura en caso de problemas
Las agencias tienen obligaciones, y nunca se debe contratar un viaje si no queda claro que, en caso de problemas, se harán cargo. Obviamente, si se cancela un viaje por causas ajenas a la agencia, como huelgas o una catástrofe natural, la empresa está exenta del cumplimiento de los servicios que se han contratado.
Sin embargo, si el problema afecta a los servicios contratados y aún no ha comenzado el viaje, la agencia está obligada a devolver el importe o a sustituir el servicio afectado por otro similar. Cuando el imprevisto se produce mientras ya se está disfrutando de las vacaciones, la agencia se tiene que hacer cargo del retorno del viajero al punto de origen y abonarle el importe de los servicios que no ha podido disfrutar.