El transporte urbano en nuestro país, en general, ha alcanzado un alto nivel de calidad. Las empresas que prestan este servicio están bien capacitadas y disponen de vehículos modernos. Por otro lado, las administraciones locales realizan un gran esfuerzo para aumentar la frecuencia de los viajes y para que se incremente el uso de los medios colectivos, subvencionando parte del importe de los billetes que pagan los viajeros. De esta manera se consigue rebajar la movilidad motorizada metropolitana.
Así, puede decirse que el transporte en España no es muy caro y que el usuario puede además ahorrarse una parte de su coste mediante abonos o títulos de viaje que están subvencionados, como los bonos adheridos a la tarjeta joven o los pensados para los pensionistas.
En algunas ciudades se ha implantado un billete o título único válido para diferentes medios de transporte público. Así, esta tarjeta se puede utilizar de forma combinada en las redes de metro, autobuses, trenes de cercanías, etc. Su uso puede suponer un ahorro, si se compara con el precio de un billete ordinario, de entre un 25% y un 50%, según los trayectos.
La formación de consorcios metropolitanos de transporte ha hecho posible este tipo de abonos que, si son para un número de viajes ilimitado, propician a sus poseedores la posibilidad de utilizarlos para viajes de muy corto recorrido que normalmente se realizan a pie.
Concretamente los abonos de transportes mensuales, trimestrales o anuales son en su mayoría personales e intransferibles. Por tanto, antes de efectuar su tramitación es conveniente:
. Sacar las cuentas y multiplicar el número de viajes estimado al mes por el importe del billete en otras modalidades, como el bono de 10 o 50 viajes, para poder valorar si es realmente rentable.
. Enterarse en las taquillas o en la oficina de atención al cliente de si el cupón se pude devolver, canjear o cambiar de zona de transporte o de titularidad.
. Averiguar si puede ser reemplazado en caso de extravío o robo.
