En la organización de un viaje hay que tener en cuenta que pueden darse situaciones como un accidente o una enfermedad que requieran atención médica, por lo que se recomienda solicitar la Tarjeta Sanitaria Europea si el desplazamiento es en la UE, el Espacio Económico Europeo y Suiza. Para obtener el mismo trato si el viaje es a otro punto del mundo no quedará más remedio que suscribir un contrato privado.
Imagen: Unión Europea
La Tarjeta Sanitaria Europea permite recibir asistencia sanitaria en todos los países de la Unión Europea (Austria, Bélgica, Chipre, República Checa, Alemania, Dinamarca, Estonia, Francia, Finlandia, Reino Unido, Grecia, Hungría, Italia, Irlanda, Luxemburgo, Lituania, Letonia, Malta, Países Bajos, Portugal, Polonia, Suecia, Eslovaquia y Eslovenia) en Liechtenstein, Islandia, Noruega (Espacio Económico Europeo) y en la Confederación Suiza.
Está en funcionamiento desde el año 2004, después de que en el Consejo Europeo de Barcelona, celebrado el 15 y 16 de marzo del 2002, se tomará la decisión de sustituir los formularios de estancia temporal por una tarjeta magnética. Esta tarjeta se otorga a las personas afiliadas a la Seguridad Social, trabajadores, pensionistas, familiares beneficiarios de estos colectivos, así como a los beneficiarios por su condición de personas sin recursos.
La Tarjeta Sanitaria Europea se entregará en el momento que se solicite en cualquiera de los Centros de Atención e Información de la Seguridad Social
Con esta nueva tarjeta se sustituyen los formularios en papel que se utilizaban con anterioridad y que tenían diferente nombre dependiendo de la función: el E111 se utilizaba para estancias temporales, el E128 servía para desplazamientos temporales por motivos de trabajo o de estudios, el E110 era solicitado por los trabajadores del sector de transporte internacional y, por último, la persona que viajaba a otro país a buscar empleo en otro Estado debía pedir el E119.
Beneficiarios de la tarjeta
De esta forma, los ciudadanos españoles tendrán el mismo derecho a recibir asistencia sanitaria pública y en las mismas condiciones en las que los ciudadanos nacionales son atendidos. La Tarjeta Sanitaria Europea tiene una serie de ventajas en comparación con el anterior reglamento, ya que se amplía el período de validez a un año «para trabajadores en activo y los beneficiarios de un trabajador o de un pensionista», frente a los 90 días que conllevaba el anterior formulario, el denominado E 111. En el caso de pensionistas el período de validez de la tarjeta sanitaria europea se amplía hasta los cuatro años, de acuerdo al período de validez de la tarjeta sanitaria nacional.
En el caso de pensionistas el período de validez de la tarjeta sanitaria europea se amplía hasta los cuatro años, de acuerdo al período de validez de la tarjeta sanitaria nacional
De forma excepcional, las personas sin recursos, los titulares de una pensión no contributiva y sus beneficiarios, sólo tendrán acceso a tener cubierta la prestación durante 90 días por año, por lo que en estos casos, la Seguridad Social expedirá un Certificado Provisional con los mismos derechos que la Tarjeta Sanitaria Europea y con un período de duración equivalente al tiempo de estancia en el país de destino, con límite máximo de esos 90 días.
De forma instantánea
La Tarjeta Sanitaria Europea será entregada en el momento que se solicite en cualquiera de los Centros de Atención e Información de la Seguridad Social, de la misma forma que se entregaba con anterioridad el formulario. Aunque entre las novedades está su condición de personal e intransferible, anteriormente se emitía un solo formulario para toda la familia que se desplazaba al extranjero.
Además, su tamaño y material ayudan a que sea más difícil su deterioro, puesto que al no ser papel es más difícil que se rompa, es más fácil su transporte al poder llevarla en la cartera con el resto de tarjetas de crédito y es difícilmente manipulable al llevar los datos inscritos en la banda magnética.
Presentar identificación
Para obtener este documento y antes de iniciar un viaje, se debe acudir al Centro de Atención e Información de la Seguridad Social de la ciudad en la que se vive y presentar allí el DNI o documento equivalente. En el caso de que el solicitante no sea el titular del derecho, sino beneficiario de un titular, es decir, hijo cónyuge, etc, deberá presentar el DNI y aportar la cartilla sanitaria en la que figura el titular del derecho y sus beneficiarios, según explican desde el Ministerio de Trabajo y Asuntos Sociales. Otras opciones para obtener la tarjeta, si no se tiene tiempo para acudir hasta las oficinas de la Seguridad Social, es solicitarla a través de la página web de la Seguridad Social , para ello deberá ser el titular del derecho a la asistencia y disponer de certificado digital o bien mediante e-mail o llamada telefónica.
Datos personales grabados
En la tarjeta se graban los datos personales del usuario como nombre, apellidos, fecha de nacimiento y número de afiliación a la Seguridad Social, el código ISO del país emisor, código de identificación de la institución emisora de la tarjeta y la fecha de expiración del período de validez, lo que facilitará la identificación del paciente por parte del centro hospitalario extranjero y simplificará el procedimiento de facturación y reembolso entre los diferentes Estados. Por otro lado, desde el Ministerio de Trabajo y Asuntos Sociales se recuerda que la Tarjeta Sanitaria Europea no es válida si el motivo por el que se desplaza a otro Estado es recibir un tratamiento médico específico.
Desde el Ministerio de Trabajo y Asuntos Sociales se recuerda que la Tarjeta Sanitaria Europea no es válida si el motivo por el que se desplaza a otro Estado es recibir un tratamiento médico específico
Fuera de Europa
La Tarjeta Sanitaria Europea es valida para una serie de países como la Unión Europea, el Espacio Económico Europeo y Suiza, por lo que si se quiere viajar a otro punto del mundo y se quiere asegurar una asistencia médica ante un hipotético accidente o enfermedad, la única opción es contratar un seguro privado.
En el caso de tener contratada una póliza con una aseguradora, basta con llevar la tarjeta sanitaria personalizada en el viaje y solicitar el servicio médico al teléfono que consta en el dorso de la tarjeta, según explican desde Aresa. Entonces el asegurado y demandante de la asistencia deberá dar sus datos personales, el número de la póliza, así como el lugar dónde se encuentra y el tipo de asistencia que precisa.
El asegurado podrá beneficiarse de las prestaciones fuera de su país por un máximo de 60 días por viaje o desplazamiento. Este tipo de póliza privada en su contrato también certifica que en caso de que no sea posible la intervención directa al regreso a España del asegurado, los gastos que haya tenido le serán reembolsados.
En el caso de tener que hacerse una repatriación, la compañía aseguradora se hace cargo de los gastos de vuelta, al igual que si sufre el asegurado un accidente y tiene que ser hospitalizado, momento en el que la compañía sufragará un gasto máximo de 6.000 euros. La compañía correrá con los gastos de transporte del familiar y de un hotel con un gasto de hasta 50 euros por día y con un máximo de 500 euros, comentan desde Aresa. El Igualatorio Médico Quirúrgico (IMQ) cubre, por ejemplo, la asistencia durante viajes de un máximo de 60 días y hasta 12.000 euros. Asimismo y en función de las diferentes contrataciones, se puede tener acceso a recibir asistencia en el extranjero, en el caso del IMQ es gratuito para clientes de la Poliza C y Oro.
Algunas compañías también incluyen la asistencia odontológica. Si aparecen durante el viaje problemas agudos e infecciones, dolores o traumas y si se requiere un tratamiento de urgencia de un dentista.