Autocaravanas: todo lo que debes saber antes de alquilar una para pasar tus vacaciones

Si bien no es un alquiler barato (el vehículo puede costar cerca de 200 euros diarios si es para una familia y hay que contemplar otros gastos), viajar en autocaravana brinda una libertad y un contacto con la naturaleza que resulta imposible disfrutar si uno se aloja en un hotel. Para conducirla hace falta pericia, pero, como se trata a continuación, en casi ningún caso hay que tener un carné especial. Sí es preciso, en cambio, conocer en qué lugares y situaciones es posible aparcar sin cometer una infracción o cuáles son los límites de velocidad.

Los precios del alquiler varían según el tipo de vehículo y la temporada. En meses como julio y agosto, pueden costar hasta un 40 % más de lo que valen en temporada baja (por ejemplo, en febrero). En cuanto al tipo de vehículo, incide mucho la capacidad (para cuántas personas es) y el nivel de equipamiento, ya que hay autocaravanas mejor equipadas que otras (electrodomésticos, toldos, paneles solares, baterías, etc…). También hay que tener en cuenta la cantidad de días que se alquilan. En muchos casos, se exige un mínimo de 3 noches y el precio puede mejorar si aumenta la duración del alquiler. De manera orientativa, estas son las horquillas de precio del mercado:

• Autocaravanas para 2 personas: 150 euros por noche en temporada alta; 100 euros por noche en otros momentos del año.
• Autocaravanas para 4 personas: 180 euros por noche en temporada alta; 130 euros por noche en otros momentos del año.
• Autocaravanas para 5 – 6 personas: 200 euros por noche en temporada alta; 150 euros por noche en otros momentos del año.

A este coste hay que añadir los gastos de combustible (el consumo de la autocaravana ronda los 15 litros / km) y de parcela, en caso de que tengamos previsto pasar las vacaciones en un camping.

En general, el permiso de conducir válido para turismos convencionales es suficiente para llevar caravanas y autocaravanas, aunque hay puntualizaciones, como explica Óscar Gutiérrez, experto en caravaning.

• Para utilizar el permiso B, el peso máximo autorizado de una autocaravana no debe exceder de 3.500 kilos y no puede contar con más de nueve plazas, condiciones que cumplen la mayoría de autocaravanas.
• Para el caso de una caravana, se pueden remolcar de menos de 750 kilos con el permiso convencional, el B. Si el coche pesa hasta 3.500 kilos, la caravana más de 750 kilos y, el conjunto, menos de 4.250 kilos, se precisa el B96. Y si pesa más, hasta 7.000 kilos, hay que tener el B+E.

Cuando se viaja en este tipo de vehículos se debe llevar la documentación normal del automóvil (la documentación de la autocaravana es igual) y la de la caravana. Si la caravana es de un peso inferior a 750 kilos, solo se lleva la ficha técnica (no se matriculan) donde debe figurar la homologación de la bola de enganche. Si es de más de 750 kilos, habrá que matricularla, por lo que se tendrá la ficha técnica, el permiso de circulación de la caravana y un seguro propio.

Dentro de la caravana no se puede viajar, por razones de seguridad. En la autocaravana está permitido circular con personas dentro del habitáculo, siempre que los asientos estén homologados para tal fin y que los pasajeros lleven abrochado el cinturón de seguridad. Pueden viajar por lo general entre cuatro o cinco personas.

Las caravanas tienen establecidas velocidades máximas. Según el Reglamento de Circulación, en autopistas y autovías, con remolque de hasta 750 kilogramos, se puede ir a 90 kilómetros por hora, mientras que para el resto de remolques, a 80 kilómetros por hora.

En carreteras convencionales señalizadas como vías para automóviles y en el resto de carreteras convencionales, siempre que estas últimas tengan un arcén pavimentado de 1,50 metros o más de anchura o más de un carril para alguno de los sentidos de circulación, las caravanas deben circular a 80 kilómetros por hora; y en el resto de las vías fuera de poblado, a 70 kilómetros por hora.

Imagen: Jill Wellington

Con caravana, sí. Con autocaravana, no. Lo que no está permitido es la acampada libre, es decir, que se desplieguen elementos como el toldo, sillas, mesas, etc., pero mientras la autocaravana esté correctamente estacionada, lo que ocurra dentro es irrelevante.

Se puede aparcar la autocaravana en cualquier lugar en el que no se prohíba el estacionamiento y se deben cumplir las normativas sobre tráfico. Se puede comer o dormir dentro del vehículo, ya que su interior es de uso privado. También se pueden poner calzos como medida de seguridad, si está estacionado en un terreno con cierta pendiente (ya que es un elemento de seguridad recomendado). Se puede, alternativamente, apoyar una rueda directriz en el bordillo. En vehículos de más de 3.500 kg de masa máxima autorizada (maa), si la inclinación es sensible, el calzado es obligatorio. No se pueden utilizar piedras u otros elementos. Asimismo, también se puede elevar el techo o abrir claraboyas, sin exceder el perímetro del vehículo.

Se estará mal aparcado (y se considerará acampada), si se sacan sillas, se extiende toldos u otros elementos que sobresalen fuera del perímetro del vehículo; también si se vierte algún tipo de líquido o fluido al exterior y se realiza algún ruido molesto que pueda dañar el descanso de las personas que vivan en los alrededores.

Si se estaciona bien, no se deberíamos tener problemas, aunque, como señala Óscar Gutiérrez, «algunos ayuntamientos (haciendo caso omiso a la ley), aprueban ordenanzas ‘ilegales’ y ponen muchos problemas para estacionar».

Las multas que pueden poner en autocaravana son las mismas que si se viajara en coche, salvo la de acampada libre. Todas las demás son ilegales, aunque hay ayuntamientos que las ponen, puesto que la legislación que se aplica para las autocaravanas es la misma que para el resto de vehículos, aunque con especifidades para este tipo de vehículos dentro de la misma ley.