Desde hace unos pocos años es posible viajar en avión por precios a menudo similares que los que ofrecen las compañías de tren y autobús. Además de las aerolíneas que ofrecen vuelos de bajo coste, las compañías tradicionales también suelen lanzar al mercado ofertas competitivas. No obstante, para encontrar ese tipo de gangas conviene tener en cuenta una serie de normas generales.
Planificar el viaje con meses de antelación es aconsejable para cuando se tiene claro el destino y más aún si es un vuelo de larga distancia
En primer lugar, a la hora de planear un vuelo barato en avión hay que decidirse por una de las siguientes políticas: planificar el viaje con meses de antelación o arriesgarse a coger un vuelo de última hora. El primero de los casos, aconsejable para cuando se tiene claro el destino y más aún si es un vuelo de larga distancia, supone comprar las plazas más baratas, que son las que se agotan más rápido.
Los vuelos de última hora, también llamados de último minuto, se lanzan unos días antes de que parta el avión para completar todas las plazas. Esperar una de estas ofertas es aconsejable para quienes no tengan preferencias por un destino concreto. Esta opción resulta poco segura en temporada alta, ya que probablemente se llenen todos los vuelos sin tener que recurrir a tirar los precios.
En cuanto a la elección de la fecha en la que viajar, es evidente que cuanto menos demanda de vuelos haya en esa fecha más barato será viajar. Por lo tanto, el vuelo más barato será fuera de los meses de verano, los días centrales del mes (porque la mayoría de personas cogen las vacaciones por quincenas) y los días centrales de la semana. Estar dispuesto a volar de madrugada también ayudará a encontrar un billete asequible. El vuelo más barato será el más incómodo, el que menos gente pueda aceptar. La norma general es que en cuanto más flexibles seamos con las fechas mayores posibilidades tendremos de encontrar una buena oferta.
Las ofertas de última hora son recomendables para quienes no tengan preferencias por un destino concreto y especialmente en temporadas bajas
Si la ciudad de destino cuenta con más de un aeropuerto es recomendable comparar los precios de viajar a uno o a otro porque, en ocasiones, el aeropuerto principal resulta más caro que los aeropuertos secundarios. Claro que esto no tendrá sentido si aterrizar en un aeropuerto secundario exige pagar más taxi u otro transporte para llegar al hotel.
Internet es una herramienta útil para buscar un vuelo barato. Conviene rastrear con insistencia las páginas web de agencias de viajes, compañías de bajo coste y compañías tradicionales para encontrar una buena oferta. En cualquier buscador, introduciendo palabras clave como «vuelos última hora», podremos acceder con comodidad a un gran número de páginas de viajes. Se puede ahorrar tiempo recurriendo a buscadores de vuelos baratos. Uno de los más populares es Trabber en el que, introduciendo el origen, el destino y las fechas de salida y de llegada, busca la mejor oferta entre 23 páginas web de viajes.
Por último, algo que no se puede olvidar al comprar un vuelo barato, sobre todo si lo hacemos por Internet, es leer todas las condiciones del contrato y sumar todos los impuestos para obtener el precio total real. A los anuncios de vuelos a ciudades europeas por un euro hay que sumar cantidades considerables en concepto de impuestos y tasas. Además, los vuelos baratos suelen poner más impedimentos para las cancelaciones, por lo que al contratar el servicio debemos estar totalmente seguros de que no tendremos que anular el billete.