Conviene comparar ofertas cuando se esté pensando en contratar un viaje para las vacaciones. Los precios suelen variar de unas compañías a otras en función de los días de estancia previstos, la antelación de la reserva, el tamaño de la agencia, el medio de transporte etc. El contrato que se firme con la agencia de viajes debe dejar claros varios aspectos:
-El destino concreto del viaje.
-Los medios de transportes que se usarán para desplazarse al lugar.
-La forma de pago.
-El lugar de residencia durante las vacaciones, con información sobre su categoría, número de comidas que incluye la oferta, servicios ofrecidos por el establecimiento…
-El calendario del viaje, señalando las actividades contratadas.
-El nombre y dirección del organizador así como el del detallista que lo ha vendido.
Los clientes deben guardar la publicidad del viaje, ya que resulta vinculante para la empresa. La agencia ofertante del paquete turístico no puede introducir variaciones arbitrarias sin consultar al usuario ni incluir suplementos sin avisar al consumidor.
Si se cree que existen motivos de queja lo más recomendable es efectuar una reclamación en el momento que se produzca cualquier anomalía (las hojas de reclamaciones son obligatorias en todas las agencias de viajes, hoteles y restaurantes y medios de transportes) aunque se planee también presentar una reclamación a la vuelta, ya que así se dispondrá de un documento que acredite el malestar.