El transporte colectivo en autobús es uno de los medios más seguros de viaje por carretera. Las estadísticas así lo avalan: la probabilidad de que un autocar sufra un accidente es 31 veces inferior a la que tiene un coche.
Los niños deben ir acompañados, al menos, por un adulto y ocupar su propio asiento
Conviene asegurarse de que el vehículo y el conductor reúnen todos los requisitos que establece la normativa en vigor. Tanto si viajan niños como si lo hacen adultos, las medidas de seguridad deben ser siempre observadas. Pero en el caso de los pequeños, no cabe duda de que su control y conducta son diferentes, por ello deben ir acompañados, al menos, por un adulto además del chófer.
La ley exige que cada niño ocupe un asiento. Los más pequeños deben ir sujetos con sistemas de retención homologados adecuados a su tamaño y peso, ya que el cinturón no es recomendable para menores de 3 años. Es importante que desde pequeños aprendan a comportarse durante el trayecto, y al subir y bajar del autobús.
En las siguientes líneas se exponen una serie de sugerencias para que el viaje de los niños y de los demás viajeros sea lo más cómodo y seguro posible:
Vigilar los alrededores del autobús y evitar las prisas al cruzar o al subir y bajar.
Una vez en el autocar los pequeños deben permanecer cada uno en su asiento. No pueden estar de pie o andando por los pasillos.
Es importante que se ajusten el cinturón de seguridad para impedir que cualquier frenazo o maniobra les lastime. Según el Real Decreto 443/2001, de 27 de abril, sobre Condiciones de Seguridad en el Transporte Escolar y de Menores, en los casos en que los cinturones de seguridad hayan de ser utilizados por niños de entre 5 y 11 años, deberán ser de tres puntos y se deberá disponer de cojines elevadores de distintas alturas, en función de su edad y estatura, que permitan ajustar el cinturón a sus medidas. Cuando no se cumplieran estas condiciones, los cinturones no podrán ser utilizados por niños de las edades indicadas.
No es aconsejable que lean ni dibujen, aunque hay juguetes pequeños que pueden resultar apropiados para que se entretengan durante el viaje.
Los asientos en las primeras filas disminuyen la sensación de mareo. Si aun así los niños se marean es recomendable que miren al frente. Para prevenir el mareo deben tomar un poco de comida sólida antes de emprender el trayecto. Los lácteos pueden producir náuseas. También hay fármacos y parches eficaces contra el mareo. Mantener la salivación con un chicle o un caramelo ayuda a evitar el vómito.
El autocar deberá llevar bolsas adecuadas para poder proporcionarlas al pasajero mareado que desee vomitar.
Si llega a producirse el vómito, conviene limpiar todo bien y dar al niño algo azucarado para ayudarle a recuperar el bienestar.