La tragedia aérea ocurrida ayer en Barajas, la más grave registrada en España desde la del monte vizcaíno de Oitz en 1985, se ha saldado con 153 muertos, según informó la ministra de Fomento, Magdalena Álvarez, tras contrastar los datos del pasaje facilitados por Spanair. En la nave, que cubría la ruta Madrid-Las Palmas de Gran Canaria, viajaban un total de 172 personas, de las cuales 162 eran pasajeros, cuatro tripulantes en movimiento y seis tripulantes de vuelo.
Álvarez explicó en rueda de prensa que otras 19 personas permanecen hospitalizadas en distintos centros sanitarios de la Comunidad de Madrid, tras morir una de las 20 inicialmente trasladadas, un joven de unos 25 años que presentaba quemaduras en el 45% de su cuerpo y que se encontraba ingresado en el Hospital La Paz. Se ha publicado la lista oficial de pasajeros.
La mayoría de los fallecidos eran turistas que tenían previsto pasar unos días de vacaciones en Canarias, así como residentes en las islas que regresaban a casa con sus familias. Sus cuerpos se encuentran en el recinto ferial del IFEMA de Madrid, donde unos 40 forenses trabajan en la identificación de los mismos. Este proceso puede llevar hasta una semana debido a que muchas de las víctimas han quedado carbonizadas.
AENA ha habilitado en la T-4 del aeropuerto madrileño una sala de crisis para atender a los familiares de las víctimas. En este emplazamiento se aglutinará todo lo referente a sanidad, seguridad y medios de comunicación.
Completamente calcinado
El siniestro se produjo cuando el vuelo JK5022, en código compartido con Lufthansa, alcanzó la velocidad V3 o punto de no retorno. Entonces, uno de los motores comenzó a arder, lo que llevó a que la aeronave se saliera de la pista y chocara contra el suelo, partiéndose en dos. El avión quedó completamente calcinado.
Las causas exactas del accidente todavía se desconocen. Las cajas negras del aparato han pasado ya a disposición del juez encargado de la investigación, David Pérez, titular del Juzgado de Instrucción número 11 de Madrid, que ha solicitado un informe sobre su contenido y ha declarado la causa secreta.
Fuentes de AENA explicaron que el vuelo tenía previsto partir a las 13:00 horas de Madrid, pero el primer despegue fue abortado por dificultades técnicas. Aunque el avión regresó a la pista a los pocos minutos, los pilotos tuvieron que aplazar la operación de nuevo porque habían detectado problemas en el indicador de temperatura. Un equipo de mantenimiento inspeccionó la avería y, al cabo de un rato, dio el visto bueno al comandante de Spanair. El motor izquierdo estalló precisamente cuando éste comenzó a levantar ligeramente el morro del avión, un MD-82.
La torre de control de Barajas canceló todos los despegues previstos y sólo autorizó el aterrizaje de los aviones que ya estaban sobrevolando el espacio aéreo de la capital española. El aeropuerto comenzó a primera hora de la noche del miércoles a recuperar progresivamente su actividad normal. Así, sobre las 21:00 horas, las llegadas se producían con total normalidad y sin regulaciones, aunque para las salidas se seguía utilizando una sola pista.
Muchos viajeros que se encontraban en Barajas y que intentaban coger sus vuelos protestaron por la escasa asistencia e información que estaba proporcionando AENA.
Una portavoz del ente encargado de la navegación civil aérea ha señalado a CONSUMER EROSKI que en estos momentos la situación en Barajas es de «normalidad». «Estamos comprobando el número de vuelo por si hay algún contratiempo por otras cosas, pero no por el accidente», ha precisado.
En el caso concreto de Spanair, la misma fuente ha afirmado que la compañía sigue con su operativa normal. «Lo único que hemos comprobado es que algunos vuelos despegan cinco minutos antes o después, pero nada más».
De segunda mano
El avión siniestrado tenía 15 años de antigüedad y Spanair lo adquirió de segunda mano hace nueve. El director comercial de la compañía, Sergio Allart, aseguró que el aparato «había pasado todas las revisiones» y «estaba en buenas condiciones». El último peritaje se realizó el 24 de enero y en él «no se registró ninguna anomalía».
Para informar a los allegados de las víctimas, la aerolínea ha dispuesto una línea telefónica (800 400 200) y el Hotel Auditorio de Madrid acogerá a los familiares que se desplacen a la capital.
Además, 400 trabajadores de las siete bases que Spanair posee en España se han trasladado a Las Palmas y a Madrid para colaborar como voluntarios dando apoyo psicológico y atendiendo llamadas de los afectados.
Teléfonos de interés
Teléfono de información para familiares: 800 400 200
Spanair: 807 00 17 00
AENA/Aeropuerto de Barajas: 902 404 704
Consejería de Sanidad de la Comunidad de Madrid: 91 586 71 41
La responsabilidad de las compañías aéreas por muerte o lesiones de los pasajeros se regula en el Convenio de Montreal y en el Reglamento (CE) N° 2027/97 del Consejo de 9 de octubre de 1997, según explica Aeropuertos Española y Navegación Aérea (AENA).
El transportista es responsable del daño causado en caso de muerte o de lesión corporal de un pasajero por la sola razón de que el accidente que originó el daño se haya producido a bordo de la aeronave o durante cualquiera de las operaciones de embarque o desembarque. No obstante, la compañía puede quedar total o parcialmente exonerada de su responsabilidad si prueba que la negligencia u otra acción u omisión indebida del pasajero que causó el daño o contribuyó a él.
Respecto a las indemnizaciones, no hay límite económico fijado para la responsabilidad en caso de lesiones o muerte del pasajero. Para los daños de hasta 100.000 DEG (Derecho Especial de Giro), la compañía aérea no podrá impugnar las reclamaciones de indemnización. Por encima de esta cantidad, la aerolínea sólo puede impugnar una reclamación si prueba que no hubo negligencia por su parte ni falta de otro tipo, o que el daño se debió únicamente a la negligencia o a otra acción u omisión indebida de un tercero.
Además, la compañía aérea deberá abonar, en el plazo de 15 días desde el día de la identificación de la persona con derecho a la indemnización, un anticipo para cubrir las necesidades económicas inmediatas. En caso de fallecimiento, este anticipo no podrá ser inferior a 16.000 DEG.
AENA explica que el DEG es una unidad definida por el Fondo Monetario Internacional (FMI), cuyo valor es la suma de los de determinadas cantidades de varias monedas: dólar estadounidense, euro (Alemania), yen japonés, euro (Francia) y libra esterlina. Su equivalencia en euros se puede consultar en la web del Banco de España.