Burgos, Soria, Guadalajara, Zaragoza, Teruel, Castellón, Valencia y Alicante. No, no se trata de una clase de Geografía, sino de una nueva propuesta para viajar: seguir los pasos de Rodrigo Díaz de Vivar, El Cid, tras ser desterrado de Castilla por Alfonso VI, hasta su llegada a Valencia. Son 2.000 kilómetros que pueden recorrerse a pie, en coche, a caballo o en bicicleta, una vía que cobra un especial interés este año, fecha en que se cumple el octavo centenario del Cantar de Mío Cid, donde se narra la gesta de este personaje.
Origen histórico y literario
Los amantes del turismo rural, cultural y de aventura están de enhorabuena porque este año surge con fuerza (lo hará especialmente a partir de mayo) una nueva ruta: El Camino del Cid, que se une a la amplia oferta de itinerarios turísticos que aúnan Naturaleza y Cultura (la ruta del Quijote, los pasos de Antonio Machado…). ¿Por qué ahora? No existe mejor razón para decidir dar a conocer en 2007 el itinerario de Rodrigo Díaz de Vivar que una celebración: la del octavo centenario del Cantar de Mío Cid, poema épico que narra las proezas del Campeador.
El Camino del Cid es un itinerario que se basa tanto en las andanzas del personaje histórico, Rodrigo Díaz de Vivar, como en el camino del destierro descrito en el Cantar de Mío Cid, uno de los principales exponentes de la literatura medieval. Tras ser desterrado de Castilla, el Cid centró su actividad sobre las actuales provincias de Zaragoza, Teruel, Castellón, Alicante y Valencia, ciudad que conquistó en 1094. ¿Qué ruta siguió? En realidad no hay un único camino; en el Cantar se entremezclan pasajes históricos con hechos imaginados, y el itinerario que siguió el Cid histórico no se corresponde íntegramente con el descrito en la obra. Pero, como señala Alberto Luque, gerente del Consorcio ‘Camino del Cid’, la ruta propuesta para los viajeros es una sucesión de caminos y localidades históricos que se realizaban ya como itinerario ‘cidiano’ a principios del siglo XX, cuando Menéndez Pidal inició la búsqueda de las huellas del Cid por Castilla y Aragón, porque realmente el Cantar puede considerarse “una guía Campsa del siglo XIII”. Este prestigioso historiador y filólogo fue el primero en transcribir, a finales del siglo XIX, el códice que se conserva en la Biblioteca Nacional de Madrid, estudiarlo y otorgarle el valor que hoy día tiene. Sus estudios y los de su escuela sobre esta obra gozan de enorme prestigio y se consideran poco menos que definitivos. Desde estos primeros pasos, miles de personas siguen estos caminos, a los que el consorcio ha dotado de infraestructuras y ha dado un carácter estable.
Distintos caminos
Para abrir boca, en la edición de este año de la Feria de Turismo Fitur , celebrada en Madrid hace un mes, se presentó un juego de ordenador interactivo en el que los jugadores tenían que pasar varias pruebas para llevar a Rodrigo Díaz desde Vivar hasta Valencia. Pero la verdadera aventura es dejar a un lado la realidad virtual, liar el petate y revivir las aventuras del Cid tal y como él lo hizo, conociendo de paso las distintas localidades que atravesó, así como su historia, su cultura y su entorno medioambiental. Al menos, es lo que esperan desde el Consorcio como explica Alberto Luque, quien espera que el octavo centenario de la redacción de uno de los más importantes manuscritos de la literatura medieval europea sea reconocido como “fiesta de especial interés para el público” por parte del Gobierno, y que el aniversario del Cantar ayude a promocionar esta ruta, y suponga un mejor conocimiento del Cid y su época para todos aquellos que se animen a realizar el camino. ¿Cómo organizar este viaje?
Lo cierto es que revivir las aventuras del Cid y conocer las localidades que atravesó en su destierro no parece, en principio, tarea fácil porque la ruta seguida por Rodrigo Díaz y sus huestes impiden la configuración de un camino lineal. El Cid, desde su salida del destierro en Vivar, no avanza directamente hacia Valencia, sino que debido a necesidades de abastecimiento, militares, políticas… está continuamente entrando en distintos reinos, avanzando y volviendo sobre sus pasos, lo que da lugar a un itinerario tortuoso, que a veces se entrecruza una y mil veces. Pero quienes decidan pedalear por las tierras del Cid, o se echen al hombro la mochila y preparen sus botas para caminar largo y tendido no tendrán, sin embargo, mayor problema.
El Consorcio (las ocho diputaciones de las actuales provincias por las que pasó el Cid) ha creado un trazado que puede ser recorrido de forma coherente, un camino en el que es posible disfrutar de ruinas romanas o encontrarse con construcciones mudéjares e islámicas…. En él no sólo aparecen los lugares citados en el Cantar, sino enclaves ligados históricamente al Cid, como Santo Domingo de Silos, en Burgos, o Morella, en Castellón. Esta ruta cuenta con más de 2.000 kilómetros y tiene un gran eje principal que nace en Vivar (Burgos) y termina en Valencia. Los lugares elegidos como principio y final de la ruta no comienzan en el lugar del destierro como lo hace el Cantar- sino en el que es considerado lugar de nacimiento del Cid, Vivar-, y el lugar donde murió en 1099, Valencia.
A este eje principal se une una serie de anillos temáticos, rutas de trazado circular que se pueden recorrer en pocos días y enlazan con el eje principal. Los anillos son cinco: Gallocanta, Montalbán, el Maestrazgo, Morella, y la Taifa de Valencia. Además, hay cuatro ramales que enlazan puntos de interés con el eje principal: el Ramal de la Algarada de Álvar Fáñez (parte desde Guadalajara), el Ramal de Castellón, el Ramal de Olocau, y el Ramal de la Defensa del Sur, que nace en Orihuela y termina en Valencia.
Certificado de caminante
No importa la edad, el sexo, la preparación física… Cualquiera puede animarse a hacer esta ruta, que se puede realizar tanto por carretera como por senderos; es un camino apto para senderistas, ciclistas, jinetes o para los que prefieren viajar en automóvil, por lo que sólo son necesarias grandes dosis de entusiasmo. El camino por carretera suele seguir vías secundarias poco transitadas; el senderista corre paralelo a este camino, partiendo de Vivar (Burgos) hasta Orihuela (Alicante). Se trata de una ruta ambiciosa que tiene su propio Sendero de Gran Recorrido: el GR 160, un trazado accesible, según los organizadores, salvo en tramos como la zona del Jalón para quienes deseen hacer el recorrido a caballo.
Los amigos de conservar para siempre un recuerdo de sus viajes no tendrán que conformarse con lo que sean capaces de almacenar en su memoria y en la de sus cámaras fotográficas, porque habrá salvoconductos que certifiquen que se ha realizado la ruta para todo el que se anime a recorrerla. No importa cómo se realice el camino: a pie, en bicicleta, en automóvil o a caballo, habrá documentos para todos. El salvoconducto, como asegura Alberto Luque, pretende recuperar la esencia de los documentos de la Edad Media que permitían el paso de personas y bienes de un reino a otro.
El salvoconducto que guiará a los viajeros por el itinerario escogido se sellará en sesenta localidades, cada una con una estampa diferente, bien relacionada con el lugar concreto, bien con el Cantar. En los distintos trayectos se pasa por localidades que no aparecen en el Poema de Mío Cid; en este caso, en el sello aparece una corneja, símbolo de buena suerte en la Edad Media. Además de detenerse para sellar el salvoconducto y certificar que se está realizando el recorrido, nunca está de más hacer un alto en el camino para reponer fuerzas y tomarse un respiro. Los viajeros podrán alojarse en los establecimientos o albergues que encuentren en las distintas localidades por las que discurre el camino. Para obtener información sobre las posibles rutas y conocer más a fondo estas localidades, las oficinas de Turismo contarán con información sobre la ruta conforme se aproxime la fecha señalada para la celebración del octavo centenario del Cantar de Mío Cid, mayo de 2007. Asimismo, es posible encontrar numerosa información en la página web del consorcio ‘Camino del Cid’: www.caminodelcid.org .