Iberia se ha puesto ya en el mercado de forma oficial tras los rumores sobre posibles cambios entre sus socios de referencia. La aerolínea española ha reconocido que el pasado 26 de febrero autorizó a su presidente, Fernando Conte, a «facilitar información a potenciales inversores que muestren un interés real y serio en participar en alguna operación corporativa relevante».
Así se lo ha comunicado a la Comisión Nacional del Mercado de Valores (CNMV) por medio de una escueta nota. La compañía puntualiza que esos posibles inversores deberían contar con «la adecuada solvencia económica y capacidad técnica para afrontar operaciones de esa naturaleza», si bien no detalla si se trataría de fusiones, absorciones o sólo entrada de nuevos socios bajo una estructura similar a la actual. Cuatro compañías cumplen estos requisitos, pero Iberia sostiene que «en la actualidad no existe ningún acuerdo, oferta o propuesta por parte de terceros en tal sentido».
Se sabe que la alemana Lufthansa tiene interés por entrar en el accionariado de su rival español. Air France-KLM también estaría entre los interesados aunque, a priori, contarían con más opciones dos de sus socios en la alianza comercial One World: la australiana Qantas, con gran presencia en el mercado asiático, y British Airways, primer accionista de Iberia con el 10% del capital.
En el caso de la aerolínea británica, la posibilidad de unirse a Iberia viene ya de lejos. El pasado 27 de febrero, durante la presentación de los resultados de la aerolínea española en 2006, Conte calificaba a British de «amiga» y recordaba que goza de una opción preferente de compra.
Además, la próxima desregulación del sector -hoy, jueves, los ministros de Transporte de la UE deberían dar su visto bueno al acuerdo de «cielos abiertos» con Estados Unidos- favorece la opción británica.