El Ministerio de Industria, Comercio y Turismo da estos días los últimos retoques a un proyecto que busca impulsar la aeronáutica y los servicios para el turismo de élite, como los aerotaxis. Esta iniciativa requiere el apoyo del Ministerio de Fomento porque para que salga adelante es necesario triplicar el número de aeropuertos y aeródromos existentes en nuestro país.
La Aviación General y los Trabajos Aéreos engloba todos los vuelos civiles que no sean regulares o charter y la construcción o mantenimiento de esas naves. Un segmento en el que, según el Centro para el Desarrollo Tecnológico e Industrial (CDTI), España tiene un enorme potencial. Sólo la demanda prevista de jets ligeros en el mundo para los próximos diez años se estima en 36.000 millones de euros.
Industria se propone fabricar los Very Light Jets (VLJ), unos aviones de seis a nueve plazas de fibra de carbono, con alcances de 3.000 kilómetros, velocidades cercanas a los 700 kilómetros por hora, más baratos que los jets privados y a los que les basta algo más de un kilómetro de pista para aterrizar o despegar.
El CDTI ve difícil la llegada de un gran fabricante, como Embraer o Dassault, por lo que propone a empresas españolas. «Aernnova, ITP o Indra cuentan con el músculo financiero y tecnológico necesario para embarcarse en un proyecto de esta envergadura», afirma. Para el mantenimiento apuesta por Iberia y GestAir.
Aerotaxis
El siguiente paso es la comercialización de todo tipo de servicios a bordo de los VLJ. Desde aerotaxis a servicios de vigilancia de fronteras o medioambientales, paquetería urgente, servicios médicos o escuelas de vuelo. Un negocio que, asegura el CDTI, generaría un «impacto pequeño», casi inapreciable, en la aviación comercial tradicional pero que crearía gran número de empleos tanto directos como indirectos.
El turismo sería el gran beneficiado. El programa destaca que la Aviación General puede conectar regiones imposibles para la comercial, por lo que puede ayudar a la promoción exterior de España, en concreto atrayendo al turismo de alto poder adquisitivo. También podría reducir la estacionalidad de los visitantes o abrir al mundo ciudades con gran potencial pero que hoy quedan fuera de los circuitos por carecer de aeropuerto.
Pero para que este plan funcione es fundamental pasar de los 96 aeropuertos y aeródromos actuales a unos 300. Otro inconveniente es la enorme dificultad a la que se enfrentan los aspirantes a pilotos para lograr su licencia. Al respecto, el documento sugiere la creación de un nuevo tipo de licencia, en línea con otros países de nuestro entorno, independiente de la actual -denominada JAR-FCL-, que es muy rigurosa y restrictiva.
