Los pilotos de aviones de la familia MD80 y DC9 deberán realizar una revisión, antes de cada vuelo, de la funcionalidad de los sistemas sonoros conocidos como TOWS, según figura en una directiva de aeronavegabilidad emitida por la Agencia Europea de Seguridad Aérea (EASA, sus siglas en inglés) que obliga a incluir esta medida en el manual de vuelo.
Los TOWS avisan a la tripulación de la aeronave de que los «flaps» (alerones traseros) y los «slats» (alerones delanteros) estén en la configuración adecuada en el momento del despegue, como medida de precaución añadida a las revisiones que ya deben realizarse antes de cada vuelo en ese tipo de aviones.
La decisión de la EASA se produce tras valorar el informe preliminar de la comisión técnica del accidente del MD82 de Spanair el pasado 20 de agosto en Barajas y de evaluar las operaciones realizadas por ese tipo de aeronaves desde su entrada en servicio. Pese a que todavía no están claras las causas que motivaron el fallo de la alarma sonora en el caso del JK5022 de Spanair, la directiva de la EASA afectará a todos los aparatos de estas familias actualmente operativos.
La aerolínea del grupo SAS obliga en su manual a que la tripulación realice un triple chequeo antes del despegue, para comprobar dichos sistemas, cada vez que los pilotos abandonan el avión. De forma que, en cada vuelo, se comprueban tres veces tanto la configuración del despegue como los sistemas de aviso.
En el caso del avión siniestrado, dicha comprobación al parecer se realizó en el primer vuelo del día del accidente (Barcelona-Madrid) y en el siguiente (Madrid-Las Palmas), donde la aeronave realizó una escala de dos horas. Pero en el vuelo JK5022, tras resolver la incidencia con la sonda de temperatura exterior, la tripulación regresó a pista para un segundo despegue, por lo que podrían no haberse revisado los TOWS nuevamente.