El acuerdo aéreo bilateral entre España y Rusia puede distorsionar la competencia entre compañías aéreas europeas y servir como base para unas tasas ilegales por sobrevolar Siberia, según indica la Comisión Europea (CE), que lanzó un procedimiento de infracción contra nuestro país por esta cuestión.
El Ejecutivo comunitario denuncia en particular que el acuerdo aéreo entre España y Rusia no incluye una cláusula de designación de la Unión Europea (UE) que garantice su aplicación a todas las aerolíneas comunitarias y no sólo a las españolas. Ello puede crear problemas para Iberia tras su fusión con British Airways, según alerta la CE, porque Moscú se resiste a aplicarle el acuerdo, al considerar que ya no es una compañía española, lo que crea incertidumbre sobre si Iberia tiene o no derecho a volar a Rusia.
Este expediente, lanzado por Bruselas mediante el envío de una carta de emplazamiento, afecta también a otros cinco Estados miembros -Chipre, Irlanda, Polonia, Portugal y Eslovaquia-. El Ejecutivo comunitario ya había expedientado con anterioridad a Austria, Finlandia, Francia, Alemania, Bélgica, Dinamarca, Italia, Luxemburgo, Países Bajos, Suecia y Reino Unido por sus respectivos acuerdos aéreos con Rusia. Ahora examina los pactos del resto de Estados miembros.
La CE denuncia en todos los casos que los acuerdos no incluyen la cláusula de designación de la UE y que además sientan la base para el pago de tasas por sobrevolar Siberia. Las compañías aéreas designadas de la UE están obligadas a pagar una tasa de sobrevuelo de Siberia en las rutas que conducen a numerosos destinos asiáticos. Se calcula que, sólo en 2008, las compañías de la UE afectadas pagaron alrededor de 420 millones de dólares en concepto de tasas, la mayoría de ellas directamente a la rusa Aeroflot.
Bruselas considera que este hecho infringe la normativa de la UE en materia de defensa de la competencia, que prohíbe que las compañías aéreas sean forzadas a celebrar acuerdos comerciales con sus competidoras directas. Opina también que con esas tasas se infringe el derecho internacional. Los acuerdos bilaterales en cuestión imponen a las compañías aéreas de la UE condiciones diferentes en función del país en el que tengan su sede, lo que viene a falsear aún más la competencia. Al final, son los pasajeros quienes corren el riesgo de tener que pagar tarifas superiores a las que se les cobrarían en ausencia de dichas tasas, explica el Ejecutivo comunitario.