España es uno de los países que más está sufriendo la caída del turismo internacional. Así lo evidencian los datos difundidos ayer en Madrid por el nuevo secretario general de la Organización Mundial del Turismo (OMT), Taleb Rifani. Según cifras provisionales, el turismo mundial se redujo un 7,7% en el primer trimestre del año, pero el descenso fue más acusado en Europa, donde la caída llegó al 8,4%. En España la llegada de extranjeros se contrajo el doble, un 16,3% entre enero y marzo respecto al mismo periodo de 2008.
Cada vez viajan menos personas, y las que se desplazan acortan las estancias en los lugares de destino
De confirmarse esta negativa evolución, España quedaría relegada definitivamente del segundo puesto en el ranking mundial de destinos turísticos. Una relación que sigue liderada por Francia, que recibió 79 millones de turistas en 2008. En segunda posición se sitúa Estados Unidos, con 58 millones el año pasado, seguido muy de cerca por España, con 57,3 millones. El responsable de la OMT apuntó que entre estos dos países se ha vuelto a dar una situación de «empate técnico».
Para este año, la OMT mantiene las previsiones que dio a conocer en enero, que cifran la caída mundial de la actividad en un 2%. Y es que a causa de la crisis, cada vez viajan menos personas, y las que se desplazan acortan las estancias en los lugares de destino. La organización alienta por ello la actividad del turismo interior, que no se computa en las grandes estadísticas pero es capaz de alimentar el desarrollo de muchos enclaves.
Cifras dispares
Todas las áreas europeas sufrieron importantes caídas del flujo turístico en el primer trimestre del año
En grandes números, todas las áreas europeas sufrieron importantes caídas del flujo turístico en el primer trimestre del año, con descensos en torno al 8%, pero el mayor deterioro se registró en el Mediterráneo, donde se dieron desplomes del 20% en Croacia y del 18% en Portugal.
El retroceso fue algo menor en Asia-Pacífico, donde los turistas mermaron un 6%, si se excluye el sudeste asiático, mientras que América apenas se ha visto afectada, por el momento, y el descenso de visitantes extranjeros -1,4% interanual en los meses de enero a marzo- afectó básicamente a América del Norte y el Caribe, porque en el centro y el sur el flujo de turistas siguió aumentando.
También creció el turismo con destino a África, y el desplome de Oriente Próximo se justifica porque, según la OMT, los países de esa región han dejado de contabilizar como turistas a los peregrinos.
La caída del turismo está poniendo en aprietos a muchas aerolíneas. Ayer mismo, Iberia anunció un plan de contingencia de aplicación inmediata para hacer frente a la fuerte bajada de la demanda y de los ingresos. La compañía ha registrado en el primer trimestre del año unas pérdidas de 92,6 millones de euros.
Este plan, con el que Iberia pretende reducir las pérdidas entre 110 y 125 millones, incluye un Expediente de Regulación de Empleo (ERE) temporal que afectará al 10% de la plantilla durante un año. “Será de carácter transversal a toda la compañía, con especial incidencia en aquellas áreas que mayor reducción de actividad están sufriendo”, explica Iberia. Además, no renovará contratos eventuales, suspenderá las incorporaciones previstas y congelará los salarios de los directivos.
La aerolínea también va a aplazar todas las inversiones que no estén dirigidas a la mejora del servicio al cliente o las que no tengan impacto directo inmediato en la generación de resultados, lo que estima generará un ahorro de entre 80 y 90 millones de euros.
Otra medida prevista es la supresión de alguna frecuencia aérea en las épocas y horarios de menor demanda, “y siempre de manera temporal y preservando los mercados estratégicos de la compañía”. Para ello, y desde este mismo mes, Iberia reducirá a cinco el número de aviones A320 operativos.