El encarecimiento de los préstamos está condicionando el turismo. Así, la subida de los tipos de interés desanimó este verano a las familias españolas para salir al extranjero. Se quedaron en el país, contrataron destinos más próximos y más baratos, y alcanzaron máximo histórico en cuanto a estancias hoteleras, con 31,1 millones de pernoctaciones en julio y agosto, según un informe de la Alianza para la Excelencia Turística (Exceltur).
Respecto a los extranjeros, su demanda turística en España creció de nuevo en términos de afluencia. También se batió récord de permanencia, con 40,4 millones, sin que se mejorara el índice de ocupación al haber incrementado, un año más, la capacidad de alojamiento. Tampoco aumentaron los ingresos medios por turista.
El Indicador Sintético del Turismo de España (ISTE), asimilable al Producto Interior Bruto (PIB) turístico, creció un 2,6% en el tercer trimestre de 2006 y se situó ligeramente por debajo del 3,3% esperado para la economía española.
Uno de los motivos alegados por Exceltur para la reducción de ingresos radica en que las vacaciones elegidas responden más a servicios tradicionales, de coste moderado, que a visitas innovadoras. Los empresarios también mantienen que muchos extranjeros son turistas «redirigidos» de algunos de los principales destinos del Mediterráneo oriental que ofrecían cierta inseguridad, como Turquía o Egipto.
Por otra parte, el informe de Exceltur resalta el avance del turismo urbano, impulsado por los viajes de negocios, ferias y congresos. Las aerolíneas de bajo coste también influyeron en las visitas a determinadas ciudades como Almería, Málaga, Sevilla, Bilbao, San Sebastián, Murcia, Alicante, Valencia, Castellón, Logroño, Zaragoza, Valladolid y Barcelona.