Tras admitir que ha fijado recargos por combustible en sus vuelos de larga distancia, la aerolínea británica de bandera British Airways (BA) ha sido sancionada con una multa de 121,5 millones de libras (180 millones de euros) por parte de la Oficina de Competencia del Reino Unido (OFT), encargada de la investigación en ese país.
De esta forma, se impone una multa récord a BA por actuar en connivencia con la aerolínea británica Virgin Atlantic para hacer ese cobro adicional a sus clientes en respuesta al encarecimiento del petróleo. Entre agosto de 2004 y enero de 2006 los clientes de ambas compañías que cruzaban el Atlántico vieron cómo los cargos por combustible ascendieron de 5 a 60 libras (de 7,5 a 90 euros) por vuelo de ida y vuelta. No obstante, Virgin Atlantic no será multada por haber informado de esa actividad a la OFT antes que British Airways, si bien algunos de sus miembros podrían enfrentarse a posibles acciones judiciales.
Además de la OFT, investiga el caso también desde junio de 2006 el Ministerio de Justicia de Estados Unidos, que podría anunciar próximamente otra multa por el mismo caso. La propia British Airways ha afirmado que esperaba esa multa y que la combinación de ambas sanciones será de en torno a 350 millones de libras (520 millones de euros).