Una de las mayores preocupaciones de un pasajero a la hora de emprender un viaje en avión suele tener que ver con el equipaje. Al facturar las maletas en el mostrador del aeropuerto, para que el contenido llegue sin problemas a destino conviene cerciorarse de que todas lleven correctamente colocada o pegada la cinta adhesiva o la tarjeta con los códigos de barras y las tres letras identificativas del aeropuerto de destino. Después hay que guardar cuidadosamente los comprobantes de equipaje.
También es aconsejable etiquetar los bultos con el nombre, dirección y número de teléfono del propietario. No obstante, sobre todo cuando se use la dirección particular, es prudente que pueda cubrirse esta etiqueta para evitar tropiezos, por ejemplo, con los amigos de lo ajeno.
En el caso de que bolsas o maletas no lleguen a buen puerto o lo hagan pero estén deterioradas hay que efectuar una reclamación por escrito antes de abandonar el aeropuerto. El equipaje permitido tanto a bordo del avión como en bodega depende de la ruta. Habrá que informarse antes de partir de las medidas excepcionales que se han adoptado recientemente por razones de seguridad. El número de kilos excedentes del peso permitido será considerado exceso de equipaje y tendrá un coste adicional sobre la tarifa.
Por motivos de seguridad se recomienda cerrar lo mejor posible las maletas, a ser posible ponerles candado aunque pueden estar sujetas a inspecciones. En los aeropuertos existen máquinas que por pocos euros envuelven en celofán o plastifican las maletas a modo de precintos de seguridad para garantizar que no se altere el contenido de su equipaje. Dependiendo del destino o del origen puede ser una opción interesante para el pasajero.
Para evitar problemas los pasajeros no deben descuidar sus pertenencias en ningún momento; deben acatar las normas de seguridad, tener toda su documentación a mano y no portar a escondidas productos peligrosos como líquidos inflamables, pinturas, cerillas, bombonas para bucear, pegamentos, materiales corrosivos etc.
Para poder embarcar con tranquilidad se ha de llegar con suficiente antelación a la salida del vuelo, normalmente una hora para viajes nacionales y 3 horas para vuelos internacionales. Si se precisan servicios adicionales para enfermos o mascotas es mejor llegar aún con más tiempo.