Viajar suele ser un placer, aunque en ocasiones pasar horas en la cabina de un avión sin apenas espacio para moverse pueda resultar incómodo. Las compañías aéreas tratan de paliar este problema incorporando a sus aeronaves “suites” que logren hacer más grato el viaje, en especial en los trayectos de larga distancia, los que superan las siete horas de duración.
Viajar en una suite no supone un sobrecoste, aunque bien es cierto que se trata de una modalidad que está sólo disponible para billetes de las clases business y first, cuyo precio es entre un 20% y un 50% más elevado que el de clase turista. Y no todas las compañías incluyen este servicio, que además no está operativo en todos los trayectos. Las suites están destinadas para vuelos transoceánicos de larga duración en los que la estrechez entre asientos y las medidas de los mismos, unidos a la cantidad de horas viajando, pueden provocar fatiga a los pasajeros. Con asientos de 48 centímetros (en lugar de 43), o que se convierten en cama, y servicios adicionales como la regulación de la luz en cada momento del trayecto, los usuarios pueden disfrutar de un viaje más cómodo. Las empresas aéreas que cuentan con alguna de estas prestaciones son, entre otras, British Airways, Virgin Atlantic, Iberia, Lufthansa, Lan y Cathay Pacific, Air Comet, United Airlines, American Airlines, Qantas Singapour Airlines, y Emirates Airlines.
Para viajes de negocios
Entre los beneficiarios de las comodidades incorporadas por las aerolíneas para hacer más cómodos los viajes se encuentran aquellos pasajeros que realizan asiduamente largos trayectos por motivos de trabajo. Para ellos, especialmente, está diseñada la nueva «Business Suite» de la compañía española Air Comet. Se ofrece en los vuelos diarios que la línea mantiene con los destinos de Buenos Aires y Lima, y a lo largo de 2009 el servicio estará disponible en todas sus rutas. Entre sus principales prestaciones: sistema de iluminación «moodlighting» -que se adapta a cada momento del vuelo-, programas de entretenimiento, películas, música, videojuegos, USB, toma de 110 voltios, teléfono, SMS, servicio a la carta, aseo con vistas, 62 centímetros de espacio entre butacas, asientos que se convierten en cama…
Viajeros de negocios, pero también pasajeros que se trasladen por placer en primera clase, son quienes podrán disfrutar de asientos que se inclinan con diferentes ángulos hasta convertirse en una cama (como los ofrecidos en la «First Suite» de United Airlines), pantalla plana para vídeo, o incluso duchas (servicio prestado por Emiratos Airlines). El avión Airbus A380, de United Airlines -el de mayor tamaño del mundo- dispone de 12 suites que incluyen escritorio, televisión e Internet. Especialmente útiles para los viajes de negocios son los asientos de la aerolínea Swiss, espaciosos y con laterales ajustables. Como servicio adicional cuenta con un asiento de invitados exclusivo, con respaldo y apoyabrazos, que permite al pasajero invitar a cualquier compañero que también viaje en primera clase, a comer o a trabajar en la misma mesa. Y para que la comodidad sea mayor, el asiento «Private Bed» de la «Business Class» de Lufthansa (en los aviones Boeing B747-400 para sus vuelos con destino a Buenos Aires) permite con sólo pulsar un botón, disfrutar de una cama de dos metros, con un ángulo de inclinación de nueve grados con respecto al suelo.
Asientos que se hacen camas, pantallas de vídeo, aseos con vistas o duchas son algunas de las prestaciones para los vuelos transoceánicos
Para los amantes de la privacidad, la primera clase de American Airlines ha habilitado las lujosas «Flagship Suites», que cuentan con paneles divisorios para crear distintas áreas. Además, incluyen tomas de corriente, reposacabezas en piel, dos mesas plegables, entretenimiento de audio y vídeo y asientos giratorios, lo que permite mantener reuniones o disfrutar de comidas frente a frente, sin tener que desplazarse a otra estancia de la aeronave. Por descontado, sus asientos, ergonómicos, se mueven hacia delante y ofrecen total reclinación.
Dormir como en casa
Dormir mientras se vuela a 10.000 metros de altura no siempre resulta fácil; menos aún si debe hacerse sentado. La solución no sólo se encuentra en los asientos reclinables o cama, sino que algunas compañías han «rizado el rizo» y ofrecen a sus viajeros de primera clase sillones-cama que se reclinan 180 grados. Las dimensiones de las camas varían según la compañía aérea, así la de Virgin Atlantic es de 2,02 metros y las de British Airways, de 1,98 metros en primera clase y 1,83 metros en clase de negocios, por citar algunos ejemplos. Los asientos de la clase business plus de Iberia en vuelos intercontinentales pueden transformarse en camas de 1,90 de largo con pantallas interactivas de vídeo, conexión inalámbrica para el ordenador y teléfono individual vía satélite. Y a partir de octubre de este año, lanzará un concepto nuevo de butaca: «Business Intercontinental» y «First Class» (en los Airbus A340-360), butacas-cama que podrán ponerse en posición totalmente plana, con una longitud de 1,90 centímetros, una anchura de 66 centímetros y una separación entre las filas de 1,52 metros. Los asientos de la nueva clase «L’Espace Première», de Air France, se transforman en camas de dos metros con colchón, edredón de plumas y sistema de automasaje.
Las principales compañías aéreas incorporan asientos que se transforman en camas de hasta dos metros de largo
También han decidido incorporar esta alternativa a los asientos tradicionales compañías como LAN Airlines, que en su «Premium Business» cuenta con asientos cama «full flat», reclinables 180 grados, o la aerolínea Delta Airlines, que incorporará a la clase business de sus aviones Boeing 767-400 que realicen rutas internacionales nuevos asientos reclinables por completo y se estiran 196 centímetros. Otra empresa que aporta esta solución a sus pasajeros intercontinentales es Swiss, cuyos asientos se pueden transformar en una cama de más de dos metros de largo con tan sólo presionar un botón, contando con un edredón y un cojín de aire.