Sin colas, sin contaminación, sin ruidos ni prisas. En agosto, pasar unos días de vacaciones en Madrid, Barcelona o Bilbao, entre otras grandes ciudades, puede ser una buena opción, ya que estas se vacían en verano. Así, no solo quienes no pueden moverse de casa por trabajo o motivos económicos, sino los llegados a la gran urbe de visita pueden reservar mesa sin problema en el restaurante de moda, encontrar entradas para el teatro o visitar una exposición sin tener que soportar colas ni agobios. ¡Ahí van seis planes divertidos para disfrutar la ciudad cuando más vacía está!
Aunque no hay datos exactos, algunos estudios municipales basados en encuestas revelan que cerca de dos millones de personas (más de la mitad en agosto) dejan Madrid en verano. Otro tanto, proporcionalmente, sucede en lugares como Barcelona, Sevilla o Bilbao. Con la ciudad solo para nosotros, es momento de divertirse y salir a disfrutarla, teniendo en cuenta alguno de los planes que se proponen a continuación.
Plan de verano 1: un día en el museo
¿Entrar en el Prado, el bilbaino Guggenheim o el museo Picasso de Barcelona sin tener que hacer una inmensa cola? Es posible, sí. Y también lo es visitar las colecciones y exposiciones más actuales de las grandes ciudades españolas sin tener que reservar las entradas con anticipación.
Debemos aprovechar que la ciudad se vacía para disfrutar de la cultura y el arte sin prisas ni agobios. Además, ¡ya es hora de cambiar la estadística! Según una macroencuesta encargada por el Institut de Cultura de Barcelona, tres de cada cuatro visitantes de los museos de Barcelona son turistas extranjeros. Este verano, podemos darle la vuelta a estas cifras y disfrutar de nuestra cultura en los días libres.
Plan en la ciudad 2: hora de comer, ¡puedo elegir sitio!
Durante los meses de verano es fácil encontrar sitio para comer o cenar en los restaurantes de moda. ¡O en cualquiera! Si durante el año es imposible encontrar mesa en las horas punta, o sin reserva en locales codiciados, en agosto podemos acudir con el tiempo justo y disfrutar largo y tendido de los placeres de la mesa ¡Y sin estar pendientes de que termina nuestro turno y llegan los siguientes comensales!
Por las noches, cuando el calor empieza a bajar, pasar el rato de terraza en terraza es una opción muy agradable. La oferta es muy amplia en todas las ciudades españolas, ya que tomar algo al aire libre es una tradición arraigada en nuestro país. Y tanto si se va en pareja, como en grupos grandes e incluso con niños, pues hay terrazas con parque al lado, para que padres e hijos disfruten por igual.
Plan 3: callejear por la ciudad
Pasear por las calles sin prisa y recuperar las historias escondidas en nuestras plazas y callejones tiene un valor incalculable. Podemos aprovechar el verano para explorar rincones desconocidos y maravillosos. En Barcelona, por ejemplo, las rutas a pie de Cultruta.com proponen recorridos por el barrio Gótico, el Born, Gràcia y otros lugares de interés. Por un precio de entre 10 y 14 euros podemos redescubrir nuestra ciudad, o conocerla si llegamos de fuera.
Para quienes van de visita a Bilbao aprovechando que en agosto hay menos gente, la iniciativa Bilbao Greeters permite conocer y disfrutar la ciudad de la mano de un bilbaino que ofrece a familias, grupos de amigos o a viajeros solitarios una experiencia personalizada.
Plan 4: disfrutar los espacios verdes
Caminar casi solos por el Retiro o el Parque del Capricho en Madrid, y el de María Luisa en Sevilla es una experiencia reservada a los meses estivales, cuando menos gente hay en la ciudad. La tranquilidad permite ver esos lugares desde otra perspectiva y descubrir detalles que en otros momentos del año pasan desapercibidos.
Lo mismo sucede con los paseos por las orillas del Guadalquivir, el parque Madrid Río o la ría de Bilbao. Recorrerlos de manera pausada, relajados y sin gente se convierte en una realidad muy distinta y más enriquecedora.
Plan 5: utilizar el transporte público ¡sin bullicio!
Circular (y aparcar) por Madrid en agosto es un placer, sin atascos ni aglomeraciones… sin ruidos ni gritos de impaciencia. Pero un lujo aún mayor es aprovechar que hay menos gente para utilizar el transporte público como si estuviera reservado en exclusiva para nosotros y movernos por la ciudad sin necesidad de mover el coche del garaje ni tener que ponernos al volante.
Aunque es cierto que se alargan los tiempos de espera en las paradas, podemos después disfrutar de un fresquito y tranquilo trayecto en autobús o metro, sin apenas viajeros ni molestias.
Plan 6: noches de cine, música o teatro
Los espectáculos variados de los veranos de la Villa, en Madrid, música clásica y jazz en los parques de Barcelona o Noches en los Jardines del Real Alcázar, en Sevilla, son propuestas que no podemos perdernos si pasamos el verano en estas ciudades. Además, podremos escoger casi cualquier película o función teatral sin temor a quedarnos sin entradas ni a soportar horas de espera en la taquilla.
Y, además de la oferta tradicional de espectáculos, en Madrid y Barcelona hay numerosos cines de verano como el Fescinal o el Sunset Cinema de Cibeles, o el Cinema Lliure en la playa de Barcelona.
Si las ciudades se vacían en agosto, los pueblos de nuestra geografía multiplican sus habitantes justo en este mes. El frescor de la sierra o la ribera del río, o la paz que reina en el monte y el tranquilo ritmo de vida rural hacen que los pueblos reciban cada verano la visita de miles de personas.
En agosto hay una razón más: casi todos los pueblos de España celebran a mediados de este mes sus fiestas, por lo que la visita está asegurada para no perderse la diversión de la mayor fiesta del año.