Más de 18 millones de vehículos circularán por las carreteras españolas estas Navidades, según datos de la Dirección General de Tráfico (DGT). Como parece que los conductores nos ponemos de acuerdo en los días y las horas para viajar, la probabilidad de encontrarnos un atasco es muy elevada. Pero si no podemos luchar contra los elementos, ¿por qué no intentar que nuestro desplazamiento sea lo más seguro y cómodo posible? Vencer a algunos contratiempos depende de nosotros. Así que si eres de los que cogerás el coche durante las próximas jornadas, toma nota de estos 10 consejos.
1. Puesta a punto en el taller
Antes de emprender viaje es recomendable pasar por el taller para revisar los elementos de seguridad de nuestro coche: neumáticos, frenos, amortiguadores, batería y nivel de los distintos líquidos (refrigerante, aceite, limpiaparabrisas, frenos y dirección). Aprovecha las ofertas que tienen muchas cadenas de mecánica rápida o los talleres oficiales de las distintas marcas para esta época invernal: ahorrarás dinero.
2. ¿Qué tiempo hará?
En invierno, el clima puede influir mucho en la conducción: encontrarse niebla en la carretera, lluvia o fuertes rachas de viento pueden complicar las cosas. Si a esto le sumamos menos horas de luz, el viaje puede convertirse en una desagradable aventura. Para evitar sorpresas, consulta qué tiempo hará durante el camino. Puedes visitar la página de la Agencia Estatal de Meteorología (AEMET) o bajarte la aplicación en el móvil para estar informado al instante (se descarga aquí).
3. Evita el atasco
Emprender un viaje largo y encontrarnos con un atasco es del todo desesperante. Echa un vistazo a la web de la DGT para informarte del tráfico y de los atascos previstos y ten a mano un GPS que te permita recalcular la ruta en caso de encontrar una retención. Te recomendamos utilizar una de las muchas aplicaciones de mapas y navegación que funcionan con comunidades colaborativas.
4. Revisión de última hora
El día anterior toca echar un vistazo al coche para ver si está todo en orden. ¿Tienen los neumáticos la presión apropiada? ¿Funcionan todas las luces? ¿Las escobillas barren de modo adecuado? ¿Están los cristales limpios?
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5. Equipamiento invernal
A no ser que tengas la absoluta certeza de que en tu camino no encontrarás nieve, es imprescindible que lleves unas cadenas en el maletero —si nunca las has usado, haz algún que otro ensayo en «seco» para que aprender a ponerlas sea sencillo—, un esprái quita hielo y una rasqueta. Por supuesto, no puedes olvidar los triángulos de señalización y el chaleco.
6. Equipaje bien colocado
Un vehículo cargado es más difícil de conducir que uno sin carga. Coloca los objetos más pesados y voluminosos al fondo del maletero, sujeta la carga a los puntos de amarre utilizando una red y abrocha los cinturones traseros, aunque no viajen pasajeros en la parte de atrás del coche.
No lleves objetos sueltos dentro del vehículo que impidan la visión al conductor; además, estos se convierten en un arma letal en caso de frenazo brusco, puesto que desarrollan un peso de hasta 50 veces su propia masa durante un accidente a 50 km/h, según confirma un estudio del Real Automóvil Club de España (RACE) y Goodyear.
7. Depósito del combustible lleno
Quedarse tirado en la carretera por falta de combustible nunca es plato de buen gusto, pero en invierno, con frío, es todavía peor. No escatimes y lleva siempre el depósito lleno. Si te quedas parado en un atasco (como sucedió en enero de 2018, cuando miles de personas quedaron atrapadas durante horas en la autopista A-6), al menos podrás usar la calefacción sin restricciones.
8. Teléfono móvil y cargador
En el coche, siempre es fundamental llevar un teléfono y un cable para cargarlo ya que, ante cualquier emergencia, es importante contar una vía de comunicación y con la batería suficiente.
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9. Accesorios extras
Una manta, sobre todo si viajas con niños, ropa de abrigo por si tienes que salir del vehículo por una emergencia, algo de comida y bebida por si encuentras el temido atasco… Ninguno de estos elementos están de más.
10. Descansa: así llegarás a tu destino
Es necesario parar cada dos horas o 200 kilómetros para descansar. En invierno, que se conduce con menos luz y muchas veces las condiciones meteorológicas no acompañan, es todavía más importante hacer las pausas necesarias durante la conducción. Recuerda: lo importante es llegar.