Los ferries son los autobuses del mar. Su principal característica es que viajan de un punto a otro de manera regular y con una duración que oscila entre media hora y varios días. Se diferencian de un crucero en que no cubren distancias demasiado largas y sólo admiten una parada, una vez que se llega al lugar de destino. Su principal ventaja es que permiten viajar con el vehículo a bordo e, incluso, la mayoría no se opone a transportar mascotas. También son una alternativa para quienes tienen miedo a volar. Además, suelen estar acondicionados para trasladar a personas con movilidad reducida y, en los trayectos más largos, disponen de restaurante, cafetería y hasta sala de cine. No obstante, si viaja con niños pequeños conviene confirmar que el ferry cuenta con cambiadores para bebés y zonas de juegos, así como hacerse a la idea de que está prohibido viajar en la cubierta del barco por una razón de seguridad.
Aspectos a tener en cuenta
Un ferry es una embarcación que enlaza dos puntos de manera regular, es decir, que cubre siempre el mismo trayecto. Los recorridos pueden durar desde media hora a varios días, aunque no se trata de un crucero. “Un ferry transporta pasajeros, vehículos y mercancías rodadas entre destinos. Un crucero sólo transporta pasajeros en un tour”, precisa Joan Cerdà, desde la naviera Baleària, especializada en el transporte interinsular. Su misión es, por lo tanto, unir dos puntos separados por mar, por lo que son una alternativa para las personas que tienen miedo a volar o, simplemente, les gusta disfrutar de un viaje en barco. Otra de las ventajas es que a menudo permiten viajar con animales domésticos. Incluso algunas compañías no cobran por este servicio. Lo que sí hay que hacer es informar de la presencia del animal, tanto al hacer la reserva como al comprar el billete y en el momento del embarque. En ocasiones también es necesario presentar la documentación sanitaria.
Si se viaja con perros es necesario que estén sujetos con correa y bozal, ya que la aglomeración de personas puede llegar a alterar su comportamiento. El resto de animales de compañía deben embarcar siempre dentro de una jaula o caja. Posteriormente, durante el trayecto, suelen descansar en otras jaulas acondicionadas por la propia compañía, aunque algunas empresas permiten a los propietarios viajar con sus mascotas en la cubierta o en los salones, siempre que no molesten al resto de pasajeros y pasajeras. En el caso de los perros guía, la normativa específica permite que permanezcan con sus dueños y que tengan libre acceso a los mismos lugares que estos.
Si se viaja con perros es necesario que estén sujetos con correa y bozal, ya que la aglomeración de personas puede llegar a alterar su comportamiento
Por otro lado, la mayoría de los ferries están acondicionados para trasladar a personas con movilidad reducida. Cuentan con rampas, ascensores, plataformas salvaescaleras o baños habilitados a sus necesidades. Aunque tampoco está de más que, al hacer la reserva, se confirme que esto es así. Durante el embarque, acomodo, viaje y desembarque, el personal del ferry se encarga de la atención a estos pasajeros. Los miembros de la tripulación son los más indicados para acompañar a estas personas y precisar cuál es el lugar idóneo para realizar la travesía.
Equipaje de mano
No suele ser necesario facturar las maletas ni el equipaje de mano. Los ferries cuentan con maleteros donde dejar los bultos, aunque en algunos trayectos estos maleteros permanecen cerrados. Hay que asegurarse de que las maletas no contienen algún objeto que se vaya a necesitar durante el trayecto. Si se opta por viajar con el vehículo, el equipaje debe colocarse en su interior. Desde la Asociación para la Defensa del Turista (ASDETOUR), recuerdan que en el caso de pérdida o deterioro del equipaje así como cuando el vehículo resulte dañado, la compañía debe indemnizar al pasajero. Asimismo, recalcan que por el transporte de un vehículo “se cobra una tarifa suplementaria” y que la anulación del billete o su aplazamiento suele conllevar unos gastos entre el 10% y el 20%, según el momento en el que se realiza.
Servicios similares a los de un crucero
Las compañías cuentan con diferentes modelos de ferry. Según la duración del trayecto o la rapidez de desplazamiento, se puede distinguir entre ferries convencionales o de alta velocidad (más de 35 nudos). Joan Cerdà, de Baleària, explica que estos últimos no suelen disponer de camarotes, “ya que la duración del viaje no lo requiere”. En cuanto a la velocidad, asevera que algunos ferries, en tiempo real, compiten con el avión en muchos trayectos. La velocidad del transbordador, unida al hecho de no tener que facturar el equipaje, por ejemplo, puede permitir ganar alguna hora con respecto a un vuelo que cubra la misma distancia.
La duración del trayecto determina la existencia de otro tipo de servicios como restaurantes, cafeterías, sala de fiestas y sala de cine. Las comodidades son similares a las de un crucero. De hecho, en P&O Ferries subrayan que una de las modalidades de viaje que se practica con frecuencia es el minicrucero, que consiste en embarcarse en Portsmouth, por ejemplo, y volver al cabo de tres días, aprovechando las cuatro horas de estancia en Bilbao para visitar el museo Guggenheim, la ciudad o ir de tiendas. Durante el trayecto, en algunas embarcaciones se puede tomar el sol en las tumbonas o bancos de la cubierta y también se organizan actividades de ocio. Además, los ferries cuentan con sistemas de seguridad, que incluyen zonas de acceso restringido y vigilancia mediante un circuito cerrado de televisión, entre otras.
Destinos y compañías
Más de allá de un servicio turístico, los ferries son una alternativa idónea para conectar la península con otros destinos a través del mar o viajar entre islas. En Baleares y Canarias funcionan de manera regular para unir los diferentes puntos de ambos archipiélagos. En el primer caso, Baleària tiene trayectos diarios desde Mallorca, Menorca, Ibiza, Formentera, Denia, Valencia, Barcelona, Algeciras y Ceuta. Los precios oscilan entre 20 y 300 euros, según el destino y el tipo de ferry, aunque existen promociones y ofertas de viajes. Las tarifas se pueden consultar en la web www.balearia.com, que incluye información sobre horarios, destinos y detalles del viaje.
La compañía Transmediterranea también viaja desde Barcelona, Valencia, Ibiza, Mahón, Palma de Mallorca, Alicante, Algeciras, Ceuta, Melilla, Orán y Ghazaouet (Argelia), Tánger (Marruecos) y Cádiz. En Islas Canarias cuenta con trayectos desde Lanzarote, Las Palmas de Gran Canaria y Santa Cruz de Tenerife. Otra manera de viajar entre el sur de la península y el norte de África es a través de Euroferrys. Los barcos parten de Algeciras, Almería, Ceuta, Nador y Tánger y disponen de una gran variedad de servicios, como solarium, aire Acondicionado, bares, cafeterías y música ambiental.
En el norte de la península, P&O Ferries opera entre Bilbao y Portsmouth. Este servicio comenzó a prestarse en 1993 y se ha convertido en una forma habitual de emprender las vacaciones en Inglaterra. Aproximadamente, el 80% del pasaje es de nacionalidad británica, que se desplaza hasta España con su vehículo “porque tienen una segunda residencia en la Costa del Sol o Levante y vienen a pasar el invierno”, explican desde la compañía. Por su parte, Brittany Ferries viaja entre Santander y Plymouth (Inglaterra). La travesía, que se repite dos veces por semana, dura 18 ó 24 horas, según el Ferry que la realice.