El retorno a la vida rural es tendencia. Los motivos no son solo la tranquilidad y el contacto con la naturaleza, sino también el ajuste del presupuesto familiar, pues en los municipios pequeños por lo general las viviendas son más económicas y los gastos más bajos. Pero hay más razones de peso. En este artículo se analizan cinco ventajas para vivir en el pueblo: desde los precios más asequibles de las casas hasta poder llevar una vida más saludable.
¿Se puede ser más feliz en el pueblo?
La oferta inmobiliaria en un pueblo es muy variada: chalés, pazos, casas señoriales o incluso comprar una pequeña aldea entera. Y esto no es broma, sino una posibilidad real que está disponible para todas las personas que desean alejarse del mundanal escenario de las grandes ciudades. Plataformas como Aldeasabandonadas.com permiten responder a esta demanda tan original.
Los datos del Instituto Nacional de Estadística a través del censo confirman una cierta vuelta a la vida rural: la población de los municipios de menos de 100 habitantes se ha incrementado en un 12,9% desde el inicio del siglo.
Otra de las opciones está vinculada con la compra de segundas viviendas en pequeñas localidades ubicadas en los destinos turísticos de la costa española, en aldeas y casas muy cercanas a la playa para que los demandantes estén en las mejores condiciones de disfrutar de sus periodos vacacionales en cualquier época del año. Esta propuesta se caracteriza por contar con unos precios muy competitivos, hasta el punto que se desarrollan con regularidad ofertas en las que pueden cerrarse contratos con importantes bonificaciones en las tarifas.
Son muchas las excusas que valen para trasladar el domicilio de una ciudad a un pueblo. Se trata de un estilo mucho más relajado y que mejora la calidad de vida. Pero existen otros factores que inciden en que este planteamiento, ya sea la solución para ser más felices, tanto con los familiares y amigos como en un entorno más próximo. Estas son otras de las razones.
1. Vivir en el pueblo es más barato
Cada vez que se tiene que cerrar el presupuesto familiar todos los meses ya se nota que en el saldo de la cuenta corriente se dispone de mayor capacidad para el ahorro si se vive en un pueblo. La razón es bien sencilla, y no se necesitará utilizar ninguna calculadora para comprobarlo. Desde el primer momento se eliminan algunos gastos tan frecuentes en la gran ciudad (transportes, ocio e incluso los impuestos municipales no serán tan expansivos).
A todo ello se le une que para la cesta de la compra no se tienen que soportar desembolsos como los que se tenían hasta entonces, sin olvidar los precios de algunos servicios profesionales, que son mucho más competitivos.
2. Vida más saludable
La mejora en la calidad de vida es una de las razones más contundentes para alejarse de las grandes ciudades. No solo porque se respira un aire mucho más puro en un ambiente alejado de la polución atmosférica, sino también porque es la mejor receta para eliminar cualquier cuadro clínico de estrés y ansiedad a los que están tan habituados los habitantes de las grandes urbes. Además, quien reside en una aldea se beneficia de una alimentación más natural y sana, incluso recolectada desde sus propios huertos o espacios naturales.
Según el Instituto Nacional de Estadística, entre 1998 y 2011, fueron más las personas que abandonaron las grandes ciudades para irse a vivir al pueblo que al revés. Una de las interpretaciones que puede darse a este flujo migratorio es la búsqueda de una mayor felicidad o de llevar una vida más tranquila y sana.
3. El pueblo favorece la comunicación
Una mayor relación con los vecinos, el mejor conocimiento de estos y su mejor disponibilidad son algunas aportaciones de la vida en un pueblo. Incluso muchas veces se está en una mejor predisposición para atender a las demandas domésticas entre vecinos, como arreglar un grifo o instalar el nuevo mobiliario en el hogar.
4. Nivel de seguridad óptimo
La protección tanto de la familia como de los bienes acumulados (vivienda, coche, joyas, etc.) está más garantizada que en las grandes urbes. Esto también tiene su pequeña incidencia en la economía doméstica, al no ser necesario suscribir seguros de protección al hogar ni instalar sistemas de seguridad en la casa. No en vano, el nivel que presentan estos destinos son mucho más bajos que los generados desde las grandes poblaciones.
5. Vivir con las mascotas
Por ultimo, una razón muy poderosa para las familias que tengan alguna mascota: el pueblo es el medio más natural para que sus animales se desenvuelvan correctamente. Allí disponen de muchos más espacios naturales para disfrutar de mayor libertad.
En cualquier caso, la vida en el campo mejorará su actividad física. Y sus dueños tendrán a mano el escenario más adecuado para montar en bicicleta, practicar running o dar largas caminatas para eliminar los efectos del sedentarismo.