La tranquilidad del campo, un entorno menos saturado y bullicioso, libre de malos humos y un hogar con más metros cuadrados por menos euros. Es lo que esperan encontrar los compradores de adosados, casas o chalés construidos en complejos de viviendas en las periferias urbanas. Sin embargo, antes de decidirse a adquirir una de estas viviendas conviene tener en cuenta factores como la distancia, la falta de servicios o la calidad de las construcciones, que, además de molestias, pueden conllevar a la larga gastos extra.
Menos servicios
Desde que llegó la crisis, los precios de las viviendas han descendido considerablemente. Si sigue el ritmo a la baja que registra hasta ahora el mercado inmobiliario, a finales de 2009 la vivienda podría caer un 20%, lo que implica que un piso de 90 metros cuadrados que hoy cueste 250.000 euros en Madrid podría descender hasta los 200.000 euros a fin del presente año. Aun con la bajada, un piso de estas características en la capital resulta caro comparado con el precio medio de un chalé adosado, que, en muy distinta ubicación, puede rondar los 230.000 euros, con casi el doble de metros cuadrados, y a estrenar. Adosados, los hay de todo tipo: viviendas de protección oficial, promociones hipotecarias y un largo etcétera, pero el más extendido en España es el del complejo habitacional con piscina, garajes y espacios verdes en común para disfrutar del ocio. Sus precios pueden ser de lo más tentador, tanto en régimen de compra como de alquiler. Así, por ejemplo, alquilar un adosado en Santa Cruz de Tenerife puede costar 1.500 euros para una vivienda de tres dormitorios, dos baños, garaje individual y terraza distribuidos en 140 metros cuadrados.
Los adosados son una de las opciones más apreciadas por quienes buscan más metros cuadrados, mejores opciones de compra y el acceso a una vivienda unifamiliar, por lo que entre sus principales demandantes se encuentran familias con varios niños. También hay adosados individuales -chalés que no lindan con otros y que tienen total independencia de acceso, mantenimiento y gestión-, una de las modalidades que más ha crecido en los últimos 10 años con el boom inmobiliario son los construidos en complejos de viviendas en las periferias urbanas, por lo general emplazados en terrenos recalificados y revalorizados por la industria de la construcción. Esto implica que este tipo de viviendas esté enclavado en zonas de urbanización reciente, con escasa presencia de transporte público, y donde el comercio, los servicios -colegios, centros de salud, etc.- y la vida cultural son incipientes.
Son una de las opciones más apreciadas por quienes buscan más metros, mejores opciones de compra y el acceso a vivienda unifamiliar
Para evaluar la conveniencia o no de mudarse a este tipo de viviendas no hay que fijarse sólo en su precio, sino considerar tanto los costes que implicará el nuevo modo de vida como las oportunidades que puede brindar a la familia alejarse de la ciudad:
- Garaje: los garajes en grandes centros urbanos son muy caros, mientras que la mayoría de adosados incluye al menos una plaza de aparcamiento. Ello disminuirá los costes fijos mensuales destinados a vivienda.
- Traslados: el acceso a estos complejos habitacionales se realiza por buenas carreteras, lo que garantiza traslados rápidos -al menos fuera de las horas punta-. Como contrapartida, hay que considerar el gasto en combustible y la necesidad casi ineludible de contar con al menos un coche o moto, lo que aumenta los costes fijos (seguros, impuestos de circulación, peajes) y variables al momento de mudarse a un adosado. Por otra parte, los medios de transporte público o bien no llegan a muchos de estos sitios o lo hacen con una frecuencia baja y casi nula en horarios nocturnos.
- Compras: por las mismas razones aducidas en el apartado anterior, hay que considerar que el tiempo y el coste para acceder a los centros de compra u ocio se incrementan.
- Mantenimiento: una de las características de este tipo de casas -si forman parte de complejos habitacionales-, es que cuentan con un gasto de mantenimiento comunitario menor que la mayoría de los edificios céntricos.
- Servicios comunitarios: algunos complejos incluyen guardería para niños con actividades lúdicas y deportivas, lo que puede inclinar la balanza positivamente en lo que refiere a la conciliación de la vida familiar y laboral.
Problemas con la construcción
El boom inmobiliario propició el acceso al crédito hipotecario, la diversificación en la oferta de viviendas y la subida de los precios a niveles impensables. Pero, en torno a este negocio también ha crecido la vivienda nueva de rápida construcción y de dudosa calidad. Y muchos de los adosados que ofrece el mercado se engloban en este universo. Efectivamente, uno de los principales problemas de este tipo de viviendas está relacionado con fallos que -aunque solucionables- suelen ser estructurales y conllevan un gasto extra para los compradores. Estos problemas pueden ser múltiples -como filtraciones y goteras, grietas en paredes y suelos o falta de infraestructuras. Es necesario saber que la vía de reclamación ante estos casos suele ser primero extrajudicial y que, según el tipo de defecto, responde el constructor o el promotor. La reclamación se cursa por medio de un burofax en el que se expone el problema y se solicita la reparación. El paso siguiente ante este tipo de problemas puede ser la demanda en los juzgados civiles de primera instancia.
El apartado de los gastos comunes puede ser también una fuente de conflictos para los propietarios de chalés adosados. Por definición, un adosado es un edificio o un chalé unido a otros con los que comparte paredes. Una de las características de los complejos habitacionales de los que suelen formar parte los adosados es que no necesariamente todo el complejo está constituido por el mismo tipo de viviendas, lo que plantea problemas en el momento de determinar la porción de gastos comunitarios que corresponde a cada tipología. Un adosado puede ser parte de un conjunto de chalés en un complejo, o estar englobado en un complejo habitacional formado por edificios y algunos adosados, en cuyo caso no todos los servicios del complejo son utilizados por los dueños de estos últimos: ascensores, gastos de limpieza de escaleras, servicio de telefonillo, etcétera. Por ley todos los habitantes deben pagar en proporción al coeficiente de superficie de la escritura, pero ello suscita numerosos problemas que podrían solventarse si se constituyeran estatutos particulares que diferenciaran entre adosados y viviendas en bloque.